El brote de la residencia El Pinar de Culleredo obliga a contratar personal, cátering y limpieza

R. Domínguez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

ANGEL MANSO

Los 21 ancianos afectados están por ahora sin síntomas o leves. «Toca esperar, pero que las familias estén tranquilas: los vamos a cuidar», dicen los médicos

22 sep 2020 . Actualizado a las 17:58 h.

La situación de la residencia El Pinar, intervenida el domingo por la Xunta al detectarse 21 positivos entre sus 24 residentes y con siete trabajadores -más de la mitad de su plantilla-, también contagiada, ha obligado a habilitar de forma urgente todos los servicios necesarios para poder seguir prestando asistencia a los internos del centro de Peiro de Arriba, en Culleredo. Al margen de profesionales del Sergas, médicos y de enfermería, a las instalaciones se han incorporado técnicos de cuidados para cubrir las bajas de gran parte del personal, entre ellos la directora, que decidió confinarse con los ancianos.

Además, desde Política Social se ha coordinado la contratación del cátering para cubrir el servicio de comidas de los usuarios, y también de una empresa de limpieza externa para asumir las tareas de higiene, y además se ha enviado al centro un profesional para coordinar la reorganización de la asistencia.

La situación estaba este lunes «controlada», según la Administración, que prevé realizar otro testado general por si los negativos se encontrasen en período de incubación del covid-19, y este lunes por la mañana envió material solicitado por el equipo sanitario.

Los afectados, «por el momento están bien, positivos pero bien; son gente muy mayor, algunos con sus enfermedades, pero por ahora están bien o con síntomas muy leves», explicó Fernando Lamelo, coordinador del equipo Chuac-residencias. «Salvo dos o tres que ya estaban encamados, los demás están en su salón, con sus actividades habituales», indicó el doctor antes de apuntar que «tenemos que ir día a día, como en todos los brotes, viendo su evolución. Mañana veremos cómo van, pero que las familias estén tranquilas: los vamos a cuidar». Según señaló, la principal complicación fue el alcance del brote, ya que «al faltar trabajadores, faltan manos, como en cualquier casa, y hasta no es sencillo conseguir personal formado, es gente que está acostumbrada a hacer muchas cosas», dijo, ya que solo tres de los empleados han quedado a salvo, por el momento, del SARS-CoV-2. En este sentido, Lamelo quiso agradecer «la implicación del nuevo director de asistencia integrada» para dotar a la residencia «de todo lo necesario y enviar personal para reorganizar turnos y servicios».

Este lunes por la tarde, un profesional del Sergas se reunió con la pequeña comunidad del hogar, un centro «muy familiar y pequeño», para tratar de trasladar calma. «Quedaba el médico hablando con ellos, pero que las familias sepan que sus mayores están bien atendidos, así que por el momento tenemos que tener, dentro de la lógica intranquilidad, la calma necesaria», apeló el facultativo.