Los ciclistas alertan de la gravilla y los desniveles tras los nuevos asfaltados en la comarca

Toni Silva A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

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Veinte clubes piden la reparación en varias carreteras del área metropolitana

16 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

No es fácil ser ciclista aficionado en la comarca coruñesa. Pero ello no merma la presencia de los amigos de las dos ruedas, especialmente los fines de semana, conviviendo con el tráfico. El lector no va a encontrar aquí incidentes entre conductores y ciclistas, adelantamientos a ras de manillar, en ocasiones con el regalo de varios segundos de claxon desde algunos vehículos, que se toman como antinatural conducir detrás de una bicicleta. Ese es un grave problema cívico que necesitará el paso de varias generaciones y una cultura de locomoción sostenible con el Medioambiente para que las carreteras sean lugares seguros para los ciclistas. De momento, la realidad se salpica con muertes como las de Pedro Alonso, el triatleta que murió este mes de febrero atropellado en una angosta vía de Bergondo.

Pero estos deportistas conviven con otro grave problema del que acaban de dar traslado a la Consellería de Infraestruturas, a la Diputación de A Coruña y a la Demarcación de Carreteras del Estado. Se trata del mal estado en que se encuentran muchas cunetas de las principales vías del área metropolitana. En un escrito a estas tres Administraciones, demandan el desbroce y la limpieza de la maleza que invade el área vertical de circulación del arcén; la eliminación de la gravilla y otras partículas provocadas por el tráfico rodado, o repensar la colocación de los captafaros horizontales. «Están colocados en la mitad del arcén, con lo que al circular a ciertas velocidades es muy difícil esquivarlos», explica Javier Barbeito, uno de los promotores de la queja colectiva, respaldada por una veintena de clubes ciclistas de la comarca. Respecto a la gravilla, esta puede acabar generando momentos de tensión entre bicicletas y coches. «Los conductores ven, por ejemplo, que seguimos por el carril cuando tenemos un arcén ancho y no nos pueden adelantar, nos pitan para que nos apartemos porque entienden que tenemos espacio de sobra, pero ignoran que lo que hacemos es evitar la gravilla que nos pincharía una rueda con toda seguridad», explica Barbeito. «El último domingo mi grupo y yo vimos a un ciclista herido por culpa de la gravilla en la DP-1913 en A Laracha».

Por otro lado, para las personas ajenas al ciclismo en carretera, apenas resulta imperceptible el hecho de que los nuevos asfaltados no cubran todo el ancho de la superficie viaria. Pero dejar pequeños escalones laterales es una trampa muy peligrosa para los deportistas. Este verano, con la sucesión de obras en las principales carreteras, se han encontrado con abruptos desniveles que ya han provocado alguna caída.

El informe ha sido elaborado tras repasar el estado de las vías más transitadas en la comarca coruñesa, como son la AC-840 entre Trasanquelos y Oza dos Ríos; la AC-214 entre Cambre y Pravio; la AC-523 en el tramo de Mesón do Vento a Ledoño; o el reciente asfaltado en la N-VI entre Guísamo (Bergondo) y Montesalgueiro (Aranga). «Aquí se percibe un gran escalón entre la calzada y los arcenes». El documento está firmado por una veintena de clubes ciclistas: Cambre, BTT Carral, Peña Ciclista Monte Xalo, Betanzos, Eumebike, La Fuga Grupetta, Gacela, Asociación Deportiva Jarnachas, Caimanes, Mesoiro, Monteneme, Norinver, Nosportlimit, Quintena, Riazor, Sada, Seixo Branco, Tambrebike, Terras do Eumebike, Triatlón Coruña y Vilalba-As Pontes.