Jesuitas crea un comedor en el salón de actos

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

ANGEL MANSO

El centro Agra do Orzán tendrá 5 aulas en el Ágora, y el Eusebio da Guarda, su recreo en la plaza de Pontevedra. Directivos de colegios censuran que la formación sobre el covid les llegue tarde «e sexa pouca»

09 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Educación y Sanidade quieren abrir los colegios para no cerrarlos después y marcaron las pautas sobre cómo hacerlo. En ninguno fue fácil y en algunos resulta imposible sin la ayuda de otras Administraciones. Es el caso, por ejemplo, del Eusebio da Guarda. El Ayuntamiento habilitará un espacio cerrado en la plaza de Pontevedra para que los alumnos puedan disfrutar de recreo sin mojarse, pues el patio del centro es descubierto. Además, se vallará parte del paseo marítimo para facilitar la entrada y salida de los estudiantes.

La concejalía de Educación también pondrá a disposición del IES Agra do Orzán cinco aulas en el Ágora porque el colegio tiene el espacio que tiene.

Cada centro es un mundo y cada uno tiene sus peculiaridades. El Fernando Wirtz no puede abrir sus ventanas para que haya ventilación porque el tráfico de Alfonso Molina no dejaría escuchar al profesor. Su director solicitó que se limite la velocidad en ese tramo y el Ayuntamiento lo estudia. Son situaciones que el gobierno local intenta aliviar poniendo los centros cívicos de la ciudad a disposición de las escuelas o institutos que tengan algún problema, ya sea de espacio como de contaminación acústica.

Así que cuando los alumnos regresen a las aulas se van a encontrar con un colegio o instituto muy distinto al que dejaron en marzo. Salones de actos convertidos en comedores o aulas, distintas puertas de acceso, horarios de entrada escalonados según la edad, aulas que antes eran pequeñas ahora son grandes o incluso, en algunos casos, un espacio anticovid con un equipo sanitario y aislado.

Dificultades

Además, algunos colegios ya no solo se han tenido que amoldar a las normas impuestas por Educación, sino que han ido a más. El Santa María del Mar, por ejemplo, ha contratado para este curso una segunda enfermera. Otros, en cambio, se encuentran con la imposibilidad de acomodar el centro por sus características arquitectónicas y estudian pasar el bachillerato a las horas de la tarde.

Óscar Mourenza, director del CEIP María Barbeito, contaba ayer que sus 640 alumnos dispondrán este curso de cuatro zonas de entrada diferenciadas por edades. Y que además, habrá distintos horarios según el curso. «Somos un centro muy adaptativo y trabajamos jornadas maratonianas para tenerlo todo muy bien preparado».

Alfonso Trillo, director del Santa María del Mar, declaró ayer a los micrófonos de Radio Voz que su problema no es el espacio; si bien han tenido que hacer algunas obras y cambios. Si antes infantil disponía de un único edificio, este curso se sumará a ese habitáculo alguno de primaria «sin que exista problema alguno de distancia».

Con una población escolar que supera los 1.600 estudiantes, el centro de los jesuitas habilitará su salón de actos como comedor, por lo que serán tres los espacios para este fin. Lo que no resulta fácil es la entrada y salida de los escolares. Para ello, se hará de forma escalonada dependiendo las edades.