Las residencias de mayores de A Coruña se acorazan ante el riesgo de contagios

lucía cancela / a. a. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

EDUARDO PEREZ

Solo ha habido positivos en dos centros, pero los equipos de dirección reconocen preocupación ante la situación que se está viviendo

18 ago 2020 . Actualizado a las 13:00 h.

Gran parte de las residencias de mayores en A Coruña no han notificado casos de coronavirus desde que el 30 de junio los centros se declararon libres de virus en Galicia. Su protocolo de vuelta a la normalidad se contempló en el Plan de Reactivación no Ámbito Sociosanitario elaborado por la Xunta, tras haber sido el sector de la población más castigado y vulnerable por covid-19.

Pese a que la situación se mantiene estable, el drama del coronavirus ha vuelto a ocupar las preocupaciones de los equipos de dirección de estos centros. El 7 de agosto, el centro Domus Vi de Matogrande notificaba tres residentes positivos en coronavirus. Brote, que según la residencia, «se considera cerrado por el área sanitaria» ya que el 13 de agosto, los tres residentes que habían dado positivo, con una carga viral muy baja y anticuerpos, resultaron negativos en las nuevas PCR realizadas.

Actualmente, el foco se centra en Orpea, de Culleredo, donde el domingo se comunicaron ocho usuarios contagiados tras el positivo en covid-19 de uno de sus trabajadores. Su responsable de comunicación, Ricardo Buchó, indicó que este lunes se contabilizaba un trabajador más, lo que eleva la cifra a ocho usuarios y dos trabajadores infectados por coronavirus.

Buchó aseguró que al tratarse de «pacientes asintomáticos», se siguió el protocolo de contingencia apropiado por el que todos los mayores se encuentran confinados en sus habitaciones. También «se han realizado PCR tanto a residentes como a trabajadores». Añade que desde que «ha habido un brote, se eliminaron las visitas y las salidas al exterior». 

Estrictas medidas

Desde la anterior crisis, las residencias de mayores han tenido que aplicar un protocolo de sectorización por el cual se dividen en función de cuatro colores: rojo (orientado a los positivos), naranja (para los posibles casos), amarillos (las personas que hubieran tenido contacto con algún positivo) y finalmente, el indicativo de color verde para aquellos libres de síntomas o sospechas.

Buchó señaló que en la residencia se habían establecido todos los protocolos relativos a la prevención, higiene y seguridad, «desde el uso de EPI hasta la medición de temperatura».

Ante la propagación del virus en el área sanitaria de A Coruña y Cee, la gerente de la fundación y residencia Adcor, Marga Garrido, habla de «angustia». Reconoce que desde la residencia, que permanece sin positivos por ahora, sabían que podía pasar, «pero esperábamos haber tenido más margen». De todas las normas, «la más significativa y dura», añade, «es el cierre de visitas a residentes». Para hacer este nuevo confinamiento más llevadero, el centro ha intentado hacer videollamadas con sus familias para que «estén lo más informadas posibles». Su residencia no contó con ningún positivo, por lo que no fue necesario contratar a personal extra durante la pandemia. Ahora, «hemos reforzado los equipos para cubrir vacaciones y exigimos una PCR previa».

En la residencia Os Olivos, tampoco se ha detectado ningún usuario contagiado. Su director, José Antonio Vázquez, comenta que estos días han seguido el mismo protocolo de la desescalada. Solo ha cambiado la prohibición de salidas o entradas. Se trata de un centro pequeño, por lo que en su caso, están «cubiertos en personal».

Al comienzo de la pandemia, reconoce que se sintieron «totalmente desamparados». Pese a que es una residencia pequeña, «tenemos la misma tensión que un centro de mayor tamaño». Por ello, recomiendan a sus trabajadores que «hagan un control de la gente con la que se reúnen», concluye.