Adrián Andrade Vázquez: «Las ratas me dan más pena que miedo»

Por Pablo Portabales

A CORUÑA

Adrián Andrade, de la empresa de control de plagas Andrade
Adrián Andrade, de la empresa de control de plagas Andrade MARCOS MÍGUEZ

Continúa la saga familiar de eliminación de plagas, iniciada por su padre Jesús y tras formarse como químico

05 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Este coruñés del Castrillón forma parte de la historia de la ciudad. El 10 de marzo lo llamaron de urgencia. Varias personas de Feáns vinculadas al centro cívico dieron positivo y había que proceder a desinfectar la instalación municipal. «Fue mi primera nebulización por coronavirus. La desinfección la trabajamos mucho desde siempre. Actuamos en vehículos policiales, industrias alimentarias... Hace cinco años nos preparamos para la posible crisis del ébola, pero no tuvimos ninguna intervención. Estamos acostumbrados a bacterias como la legionela o la salmonela, pero este era un virus nuevo», analiza Adrián Andrade Vázquez. Es el director técnico de Control de plagas Andrade, fundada por Jesús, su padre, cuando él no había nacido. «Yo cumplo 33 dentro de un mes y la fecha de formalización de la empresa es de 1986. Pero ya hay alguna ficha de cliente del 85, por lo que celebramos el 35 aniversario», destaca.

Desde aquella primera actuación de Feáns hubo muchas más. «Gastamos 1.200 litros de Limoseptic Sf, que durante unos días tuvimos que cambiar por otro porque no estaba incluido en la lista oficial. Como la fórmula es diez mililitros por cada litro de agua puede decirse que empleamos estos meses 120.000 litros de desinfectante en mercados, accesos a centros sanitarios, vestuarios de industrias, peluquerías, bares, restaurantes y más de una veintena de residencias o viviendas donde una persona había dado positivo», analiza Adrián, que estudió Química y lleva casi 15 años vinculado a una empresa en la que estaba predestinado a trabajar. «Nunca exploré otras opciones», reconoce.

Está acostumbrado a trabajar con insectos de los que todo el mundo escapa. «La gente cada vez tiene más sensibilidad a los bichos. Las llamadas más habituales son por ratas, cucarachas o moscas. «Alguno da un poco de asco, pero no tengo miedo. En algún momento pueden dar algo de repelús, pero estás acostumbrado. Las ratas me dan más pena que miedo. Cuando la pillas en una trampa y la ves medio viva... Por arañas también recibimos muchas llamadas, pero no tienen una solución clara. Entran desde el exterior y lo más efectivo es ir quitando las telarañas. Con una desinfección no van a desaparecer para siempre. En cualquier caso, prefiero luchar contra ratas y cucarachas que contra el coronavirus. Trabajas más incómodo y con peores consecuencias para la gente», asegura.

Rata per cápita

Vive en Monelos y es padre de una niña de 4 y un niño de 1 con los que pasa todo el tiempo que puede. «Me gustan los bichos y les enseñé a jugar con ellos, Los niños no les tienen miedo de momento», apunta sonriente. Me habla de los 6.000 pozos o registros de alcantarillado de la ciudad a los que acuden seis veces al año. «Si se detecta presencia de ratas o excrementos se pone producto y se pinta la zona de rojo. Si está bien, pintura amarilla. Tenemos una aplicación que nos indica donde están todos los registros, pero así es más cómodo porque en ocasiones hay cuatro juntos», aclara. Dice que las ratas y cucarachas son universales. Las hay en todos lados. No somos Alemania, para tampoco Andalucía o Canarias. Estamos a nivel medio, como Canadá», informa. Apunta que en A Coruña no hay un estudio específico de la población de ratas pero que, extrapolando los datos de otras ciudades, «en rata per cápita estamos por debajo de Barcelona y muy por debajo de París, que tiene más de dos millones. Aquí tendremos, más o menos, unas 20.000».

Le gusta hacer deporte con amigos, ir solo le aburre. Hay épocas en las que es más de ver películas y otras de leer. Ni cocina ni es de ir a restaurantes. No tiene mascota, aunque «hace poco encontramos una rata de laboratorio en una papelera y la tuvimos un mes en la oficina». Es un apasionado de sus hijos y del trabajo. «Me gusta. Este año tuvimos unos veinte avisos por garrapata. También nos llaman por escarabajos, que es la familia con más especies del reino animal. Pero si no ves más de diez ejemplares no es una plaga. Tranquilidad. Los bichos raros llevan implícito que no hay muchos», sentencia el primer hombre que nebulizó en A Coruña en esta crisis.