Piden 32 años de cárcel para un acusado de maltratar a su expareja y violar a una de sus hijas en A Coruña
A CORUÑA
La menor y la madre lograron huir del domicilio y el hombre, antes de la llegada de la policía, amagó con lanzarse al vacío desde la ventana
04 jul 2020 . Actualizado a las 00:21 h.El hombre, ya condenado en dos ocasiones por amenazas en el ámbito familiar, inició una relación con su expareja en el 2016. Junto a las dos hijas de la mujer, compartieron piso. Él perdió el trabajo, comenzó a beber, a consumir cocaína y a hacerle la vida imposible a la esposa y a las niñas. Según la Fiscalía, le llamaba de todo delante de las menores y «empleaba expresiones que suscitaron un evidente temor en la víctima», del tenor de «te voy a matar, voy a dedicar mi vida a arruinar la tuya» o «te voy a rajar a ti y a tu hija mayor en una esquina. Las calles de Coruña pueden ser muy peligrosas».
El ambiente de temor que creó con su comportamiento hizo que su pareja se negase a compartir dormitorio con él, instalándose entonces el acusado en el salón de la vivienda, pero negándose en todo momento a abandonar el piso pese a las sugerencias de su expareja en tal sentido, alegando su carencia de recursos económicos. También se negaba a colaborar en ninguna de las tareas domésticas e hizo de esa dependencia de la casa un lugar de su uso exclusivo, llegando a incrementar el miedo de las tres mujeres con el uso de expresiones veladas referidas a un posible suicidio, según la acusación pública.
Ya en marzo del 2018, la exmujer abandonó el domicilio para dirigirse a su puesto de trabajo, dejando en el piso sola a su hija menor, a la cual pidió que la avisase telefónicamente cuando el acusado, según recuerda el fiscal, llegase a la vivienda, pues «este había salido por la mañana y la mujer, dado su agresivo comportamiento diario, temía que pudiese causar algún daño a la menor si pasaban mucho tiempo solos en el piso».
El varón llegó sobre las 21.00 horas así se lo comunicó la menor a su madre a través de la aplicación WhatsApp.
Añade la acusación que la niña se hallaba en su habitación, sentada sobre la cama, cuando el acusado abrió la puerta y, desnudo, se dirigió a ella y la tumbó, iniciándose entre ambos un forcejeo por el teléfono móvil que la joven tenía en sus manos. Finalmente, el acusado se lo arrebató y la arrastró primero hacia la cocina y posteriormente al dormitorio de la madre, penetrándola en varias ocasiones y amenazándola con un cuchillo jamonero.
Alarmada porque su hija no contestaba a sus llamadas, la mujer abandonó su trabajo y se presentó en su domicilio, donde descubrió al acusado en la cocina, desnudo y con el cuchillo mencionado, y a la menor saliendo llorando, de su dormitorio. Ambas huyeron de la vivienda y pidieron ayuda en un establecimiento vecino, desde donde llamaron a la policía.
El acusado fue detenido por la policía tras conseguir que abandonase la cornisa de la vivienda a la que había accedido y desde la cual amagaba con lanzarse al vacío.
Por todo ello, el fiscal pide que sea condenado a 32 años de prisión. El juicio se celebrará la próxima semana en la Audiencia Provincial.