El paseo de O Burgo refuerza la distancia social con una línea continua para peatones

Es un largo tubo fabricado con polietileno ecológico. Desde el puente de O Burgo hasta el final del paseo en Fonteculler marca la separación social de los muchos viandantes que se asoman a este rincón de la comarca a pasear en verano. Ayer acabaron los trabajos de instalación de esta curiosa infraestructura cuya misión no es otra que poner orden en este espacio masificado durante los días de semana. «Es una medida más, desde el primer día quisimos ponernos en marcha hacia la nueva normalidad, pero sin dejar en ningún momento las medidas de seguridad», explica el alcalde de Culleredo, José Ramón Rioboo. De hecho, este concello fue pionero en colocar expendedores de gel y cambiar los sistemas de fichaje de los trabajadores municipales.

Ahora, el objetivo es evitar cualquier posible contagio en los espacios abiertos, como el paseo de O Burgo. El tubo, creado por la empresa ABN, está sujeto al suelo con abrazaderas y marca el camino a los viandantes como una especie de línea continua que nunca deben traspasar en caso de encontrarse el paseo muy lleno de personas. Por la noche, se convierte en una guía luminosa. En buena parte del trazado, la anchura del paseo es de 7 metros, con lo que cada sentido del camino pasa ahora a 3,5 metros.

«Círculos» sociales

Muy cerca de este escenario, en el paseo Fernando II, junto al conservatorio municipal, ya hace días que se colocaron unos dispositivos para garantizar la distancia social. Se trata de unos grandes aros de entre 3 y 5 metros de diámetro, en el que se invita a estar sentados a los distintos grupos de amigos o familiares que acuden a sentarse en el césped al aire libre. El paseo Fernando II es un punto habitual de pícnics en verano. Cada fila de aros lleva adjunto un cartel con la capacidad de personas que se pueden situar en el interior. Este medidor de personas está siendo utilizado en algunas playas de Levante.

---

---

---