«Te quito la vida», le gritó hasta tres veces a un cuerpo inerte

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Marcos Míguez

Detenidos los agresores de dos hombres en la plaza del Humor a los que hirieron con botellazos

15 may 2020 . Actualizado a las 13:18 h.

Se les veía venir, cuentan los que este miércoles se quedaron paralizados por el miedo cuando dos hombres la emprendieron a botellazos en la plaza del Humor. No habían ni llegado a San Agustín cuando a estos dos conocidos vecinos de Monte Alto ya se les escuchaba gritar. «Venían buenos», dijo una testigo.

Eran las nueve de la noche cuando aparecieron en la churrería que hay en la plaza y pidieron dos botellines de cerveza. Había varios clientes más. A lo suyo. Hasta que uno de ellos comenzó a hartarse «por la que estaban liando». Relatan los testigos que lo mismo discutían como se reían y abrazaban. Se zarandeaban y a los pocos segundos se volvían íntimos. Entre tal alboroto, empujaron a alguno de los presentes, que simplemente «les pidió que no la liasen». 

Pero no fue posible. Al primero que golpearon con una botella se encontraba en la pequeña barra del negocio. Cayó inconsciente y sangrando abundantemente. Rápidamente, el camarero lo asistió. En un principio, llegó a pensar en lo peor. El agresor, lejos de huir, regresó junto al que había lesionado para gritarle que lo iba a matar: «Te quito la vida», le dijo hasta tres veces a un cuerpo que ni se movía.

Se fue luego a por otro hombre, al que tumbó de otro botellazo. En ese momento, dos personas que se encontraban en la zona intentaron calmarlos y a punto estuvieron también de recibir. Puede que salieran indemnes porque poco a poco se fueron apartando del lugar.

Mientras uno de ellos daba vueltas a la plaza si rumbo aparente, el otro regresaba junto al hombre al que había dejado inconsciente en la acera para darle cuatro puñetazos en la cara. En eso regresó su amigo. Le dijo que era mejor irse, según se puede escuchar en uno de los vídeos que grabaron los vecinos desde sus ventanas y cuyas imágenes recorrieron los telediarios.

«Les llamaron la atención porque la estaban liando y la emprendieron a botellazos»

No se fue. Se quedó un rato más. En un momento en que parece arrepentido, se agachó junto al lesionado de la acera y lo tocó varias veces para ver si respondía. Pasó su mano por el pecho del herido, que ni movió un dedo. Fue entonces cuando ambos abandonaron el lugar hacia San Nicolás. Ya se escuchaban las sirenas. Una patrulla les dio alcance y los detuvieron.