El acusado del disparo en Orillamar, libre pero desterrado por los clanes

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

César Quian

El herido, que fue hospitalizado, es pariente del supuesto agresor, por lo que no presentó denuncia

14 may 2020 . Actualizado a las 08:47 h.

Una noche de droga y alcohol terminó con un herido de bala en una mano, y menos mal. Pudo haber sido muchísimo peor si no fuera por un hombre con peso entre las familias que ahí viven, que medió, le dijo cuatro cosas al pistolero y le obligó a que le entregara el arma. Obedeció, pero se atrincheró durante varias horas en una vivienda hasta que llegó el grupo de operaciones especiales (GEO) de la Policía Nacional. Dispuesto a terminar con el encierro tirando la puerta abajo. No hizo falta. Uno de los que allí estaban tenía llaves del piso. Lo abrieron y el individuo se entregó. Sin oponer resistencia.

Fuentes de la investigación aseguran que el autor del disparo es un viejo conocido del tráfico de drogas. De hecho, es uno de la decena de imputados por la macrorredada que hubo en esos mismos edificios de la plaza Luis Rodríguez Lago, en Orillamar, el 21 de junio del 2018, en la que más de 150 agentes entraron en varias casas, donde encontraron droga, dinero y armas.

E. J. J. era uno de los que fueron enviados a prisión, y a las pocas semanas fue puesto en libertad a la espera de juicio. Un proceso que por el momento se encuentra en fase de instrucción.

Este lunes, la discusión entre el autor del disparo y algunos de los residentes en los bloques podía haber terminado como en otras ocasiones, con un golpe en la mesa y cada uno para su casa. Pero E. J. J. tenía «un muy mal día», según fuentes de la policía. Y no hubo cómo calmarlo hasta que se presentó uno de los patriarcas para poner orden.

Mientras al herido, pariente del supuesto agresor, se lo llevaron al hospital, a este lo enviaron a los calabozos de Lonzas, donde estuvo hasta el miércoles, cuando fue puesto a disposición judicial. Tras escucharlo el juez, decretó su puesta en libertad como investigado por tenencia ilícita de armas y amenazas. No le pudo imputar lesiones por arma de fuego porque el lesionado no ha querido presentar denuncia. Mientras la maquinaria judicial iba por un lado, las decisiones se tomaban en Orillamar. Se reunieron las familias con más poder y decidieron que no habría denuncia, pero que el autor del disparo no podría regresar al barrio. Sería desterrado. A estas horas, se encuentra en algún lugar de la provincia.