El grupo industrial admite un retraso de nueve meses y augura una fase de «comunicación y transparencia»
13 may 2020 . Actualizado a las 11:10 h.El Grupo Industrial Riesgo ha anunciado este martes la adopción e implementación de inversiones «que llevaban nueve meses de retraso» para ofrecer «una nueva etapa de futuro» para Alu Ibérica y sus plantas de A Coruña y Avilés.
La compañía ha aprovechado la visita de expertos técnicos a ambas plantas esta semana para anunciar «esta nueva etapa y una nueva fase de comunicación y transparencia». En nota de prensa, incide en que estas actuaciones tienen como objetivo «ayudar a la reconversión industrial de ambas fábricas hacia un modelo más sostenible de aluminio verde circular».
«Tenemos un compromiso y vocación de permanencia a largo plazo; un proyecto de futuro que garantiza la continuidad de la producción y el empleo de las casi 600 personas que allí trabajan», sostienen los compradores de las antiguas factorías de Alcoa.
El grupo empresarial señala que en la actualidad Alu Ibérica «fabrica aluminio secundario con una capacidad de 140.000 tm/año y cuenta con 328 empleados en A Coruña, 168 de los cuales en operaciones de electrolisis, y 286 empleados en Avilés, de ellos 155 también en dichas operaciones».
Riesgo se rodea de industriales holandeses para su proyecto para Alu Ibérica
El grupo industrial Riesgo, gestor de las antiguas fábricas de Alcoa en A Coruña y Avilés, se ha rodeado de tres industriales holandeses vinculados al negocio del aluminio para llevar adelante un proyecto para Alu Ibérica.
El equipo de gestión industrial lo integran Gerwin Smaal (dueño de Phenolics), Karsten Pronk (director ejecutivo de Basemet BV) y Henny Haisma (exgerente comercial de Damco Aluminium), relacionadas con el negocio del aluminio en los Países Bajos.
Riesgo asegura que en el mes que lleva al frente de las fábricas ha creado un departamento comercial para ambas para promover la venta de pasta electrometalúrgica de aluminio como producto complementario; ha invertido en procesos, maquinaria y programas informáticos.
También aclara que está revisando «costes superfluos que perjudican el desarrollo de negocio» y que está analizando los inventarios y los contratos con proveedores.
