Los niños en casa, los abuelos en la calle

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Alberto Mahía

Gran cantidad de personas mayores desafiaron al virus y salieron a caminar y de compras pese a los consejos médicos

15 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

En una mañana primaveral nunca se vio tanta bufanda. La mascarilla del pueblo. Poco o nada protege del virus, pero a muchos les da tranquilidad. En el primer día en que se pidió a la población que, en la medida en que pudiera, se quedara en casa, sobre todo las personas mayores por ser el principal grupo de riesgo, fueron estos los que más salieron. Sorprendía ver las calles sin niños un sábado por la mañana. Pero más aún ver que eran coruñeses de avanzada edad los que iban de aquí para allá, charlando de sus cosas, haciendo coros. Sin miedo.

Durante un paseo por el Agra, el barrio con mayor tasa de envejecimiento de la ciudad, saltaba a la vista que la costumbre le pudo a las recomendaciones médicas. La calle Barcelona, como en la plaza de As Conchiñas, zonas donde lo habitual es que se concentre a diario un buen número de gente mayor, había menos que de costumbre, pero había.

¿Por qué salió de paseo Alfredo y su amigo Emilio sabiendo lo que saben a estas alturas del coronavirus? «Porque se está para un, está para un», dice el primero. «Pasamos moitas na nosa vida e sabemos cuidarnos», contesta su compañero de paseo. Se escuchan excusas de todos los colores. Como que «esto no es para tanto» o «que venga lo que tenga que venir».

En cambio, los niños ni estaban ni se les esperaba. Alguno de la mano de su padre o madre. Nada más que eso. Algo inédito. Lo visto en el Agra es lo mismo que en el resto de barrios de la ciudad. Llamaba mucho la atención la cantidad de hombres de avanzada edad haciendo solos la compra. Lo dice una carnicera: «Vin homes que na miña vida viñeron a comprar». Son cosas del coronavirus, que dejó en la ciudad una imagen inédita en su historia. Con calles del centro vacías por las que se circulaba sin atascos, los bares y las tiendas cerradas y colas en los supermercados. Pero también, todo hay que decirlo, con iniciativas solidarias de ayuda a los que no pueden, lo que tiene a los coruñeses distantes (un metro), pero más unidos que nunca.