El Sergas indemnizará con 70.000 euros a la familia de un hombre que falleció por una incorrecta administración del Sintrom

Alberto Mahía A CORUÑA

A CORUÑA

ÁNGEL MANSO

El TSXG sostiene que el Chuac no actuó correctamente «por un incorrecto control de la medicación anticoagulante»

31 ene 2020 . Actualizado a las 00:35 h.

El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) revocó una sentencia del juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de A Coruña y le da la razón, en parte, a la familia de un fallecido que fue tratado en el Chuac y al que responsabiliza de un «incorrecto control de la medicación anticoagulante». Así, condena al Sergas a indemnizar a sus herederos en 70.000 euros.

La familia, una vez fallecido el paciente, puso en manos del abogado José María Padín Viaño la demanda contra la administración. El letrado explicó en la misma que el fallecido sufrió «una hemorragia cerebral inducida por un incorrecto control del sintrom», por lo que entiende que su muerte «era previsible y evitable con un adecuado control de la anticoagulación».

En la sentencia, el TSXG sostiene que el paciente era un hombre de 71 años «que presentaba antecedentes de fumador de 40 cigarrillos al día, hipertensión arterial, diabetes e insuficiencia renal crónica». Ingresó de modo urgente el 1 de enero del 2015 en el servicio de cardiología del Chuac con un infarto agudo de miocardio. Tras 19 días hospitalizado, fue dado de alta con una triple terapia: Anticoagulación, doble antiagregación plaquetaria con aspirina y clopidrogel. 

A la semana, el enfermo acudió a revisión «desnutrido, con palidez de mucosas, derrame pleural y edema pulmonar», entre otras dolencias. Comenzó entonces a ser seguido en el Chuac, al que acudió varias veces en aquel mes hasta que el 3 de febrero tuvo que ser evacuado de urgencia al hospital, donde lo operaron de urgencia debido a un hematoma subdural, que derivó en infarto cerebral, falleciendo a los dos días.

Concluye el Tribunal que debido a los resultados analíticos a los que fue sometido, el paciente «tenía la necesidad de vigilancia más estricta, que debería extremarse».