Trabajadores de prisiones se muestran «indignados» por condenar a solo dos años a un recluso que intentó matar a un funcionario asfixiándolo

Alberto Mahía A CORUÑA

A CORUÑA

CESAR QUIAN

El individuo salió libre en diciembre porque solo se le acusó de un delito de lesiones y no de intento de homicidio y apuñaló a su ex mujer en presencia de sus hijos

28 ene 2020 . Actualizado a las 12:31 h.

La Asociación Profesional de Trabajadores Penitenciarios Tu abandonó me puede matar mostró hoy su «profunda indignación» ante la calificación del delito que le le achacó a un recluso que en noviembre del 2017 intentó matar a un funcionario de la prisión de Teixeiro. El trabajador llegó a estar unos minutos inconsciente mientras el interno trataba de asfixiarlo. Solo la intervención de otros dos compañeros evitaron lo peor. En un principio, fue procesado por intentó de homicidio, pero terminó alcanzando un acuerdo de dos años de prisión como autor de un delito de lesiones leves y atentado. Este cambio en la calificación de la Fiscalía hizo que el recluso saliese libre en diciembre del año pasado. Ya en la calle, a los pocos días, se presentó en casa de su ex mujer, en Pontevedra, y la acuchilló en presencia de sus hijos pequeños.

La asociación de funcionarios denuncia que «no se pone coto a la espiral ascendente respecto a las agresiones sufridas por los trabajadores penitenciarios, siendo nada menos que nueve los agredidos en tres centros diferentes solo la pasada semana, y una cifra de 444 trabajadores lesionados por la agresión de un interno en el pasado año, que pueden ser más, ya que solo están los que se ha podido corroborar fehacientemente».

A este dato, «totalmente escandaloso» en lo que a lo que atañe a la salud laboral de los trabajadores penitenciarios, «nos vemos obligados a sumar y transmitir a la ciudadanía, la impunidad con que se abordan desde las distintas administraciones hechos que al ocurrir dentro de los muros de una prisión, se minimizan penalmente o soslayan mediáticamente ante la falta de una consideración clara de ser Agentes de la Autoridad».

Los hechos ocurridos en Teixeiro, según indican desde la asociación, se remontan a noviembre del 2017, «en que un interno agrede en el departamento de ingresos a tres trabajadores con diferentes golpes y contusiones, asfixiando a uno de ellos por el cuello de tres a cuatro minutos después de darle un puñetazo directo en plena cara y repeler éste a continuación una tanda de ellos. Todo esto transcurre sin desistir en ningún momento del ánimo que tenía en, presuntamente acabar con la vida de dicho trabajador, como se puede constatar por la virulencia y fuerza ejercida por este, al llegar a doblar unas esposas rígidas de acero por la fuerza que oponía, cuando se le pretendía esposar la mano que tenía libre para obligarle a soltar del cuello al trabajador que continuaba asfixiado».

Después de unos agónicos minutos en que los compañeros presentes dudaban si dicho trabajador permanecía con vida, «logran reducir finalmente al interno con otro juego de esposas, lo que permite que afloje la presión del brazo que rodeaba su cuello; recobrando paulatinamente el ánimo al poder volver a respirar, hasta el punto que ayuda a hacerse con el brazo con el que era sujetado y ceñir éste a las esposas», añaden desde la asociación. Fruto de dicha agresión, los tres trabajadores con diversos golpes precisaron atención facultativa en el mismo Centro Penitenciario de Teixeiro, siendo evacuados los correspondientes partes médicos de lesiones. De dicho suceso, «el anterior Director le dio la clara consideración de un presunto intento de homicidio, y como tal se iba a dar traslado al Juzgado. El procedimiento siguió su curso, realizándose una instrucción en que la Fiscalía lo califica como de un claro delito de Atentado a la Autoridad en concurso con la imputación del delito de lesiones leves, cuestión que se agradece por parte de nuestra Asociación en lo relativo a darle la consideración por parte de la representante fiscal de dicha condición de Autoridad, pero que penalmente es bastante inferior a la intención y el ánimo de matar que entendemos si tenía dicho interno, y que conllevaría un presunto intento de homicidio en la figura del trabajador». Esta minorización de las consecuencias penales «se pretende resolver en los próximos días con una vista de conformidad, donde no estará presente el abogado del estado que fue solicitado por los trabajadores, al no ser considerado un juicio propiamente y por ello no estar convocado». Los funcionarios están seguros de que «esos mismos hechos en la calle tendrían unas consecuencias penales más acordes a la gravedad que muestran, y que si tuviesen a su vez aparejado la condición de Autoridad, y no por la interpretación favorable hecha por la Fiscalía en este caso, sería otro delito más a imputar». 

Por lo acontecido, no se decreto prisión provisional, «lo que muestra una vez más que poco importan nuestras vidas como trabajadores; dato que coincide con la consideración que se le ha dado a la agresión sufrida por un trabajador del Centro Penitenciario de Soto, que siendo presuntamente apuñalado en el cuello por un interno, ha visto como salía en libertad sin tampoco habérsele decretado prisión provisional por ello», denuncian. 

Dicen los funcionarios que lo que sí les ayudaría «es que desde el comienzo de la fase de instrucción se personase de oficio el abogado del estado, y no meramente acudiese a la fase de juicio cuando ya las actuaciones están cerradas».