El edificio que ardió frente a los Juzgados lleva 15 años en ruinas

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

EDUARDO PEREZ

Tras realojar a la familia que vivió en él hasta hace un año, fue okupado por toxicómanos

28 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Frente a jueces y fiscales, el edificio de la calle Monforte, junto al edificio de los nuevos juzgados, se fue haciendo cada vez más viejo y ocupado por personas «de todo tipo y condición», según los vecinos que llevan años alertando de lo que pasó este domingo. Que un incendio pusiese en peligro a los residentes de los inmuebles próximos y a los que allí vivían. Finalmente, el fuego no fue a más gracias a la rápida intervención de los bomberos. «Que haya quedado todo en un susto es un milagro, porque la basura que ahí se acumula y la desvencijada estructura del inmueble nos hacía pensar que cualquier día habría una desgracia», dice Carmen, vecina de la zona, que añade que esas paredes llevan 15 años en estado ruinoso.

«Que haya quedado todo en un susto es un milagro, porque la basura que ahí se acumula y la desvencijada estructura del inmueble nos hacía pensar que cualquier día habría una desgracia»

Cuando La Voz visitó la casa hace exactamente dos años para contar cómo una familia con una mujer de avanzada edad enferma y varios niños podían vivir de manera tan precaria y peligrosa -agujeros en el suelo de algunas habitaciones y cables y enchufes quemados por todas partes-, el periodista se encontró con que llevaban más de diez años así. En esas condiciones. Y con varias órdenes de desahucio sobre la mesa. Pero que nunca abandonarían el edificio mientras no les diesen las ayudas para poder alquilar un piso. Era tal la situación de los moradores, que finalmente, hace un año, Servicios Sociales se ocupó de ellos y los realojó en una vivienda en el barrio de Eirís, dejando atrás el miedo de que un día les pasara algo. Porque subir esas escaleras solo estaba a la altura de los más valientes. Faltaban escalones y desde el tercero, mirando al suelo, se veía el segundo. Y desde el segundo, el primero. 

Nuevos residentes

Cuentan los vecinos que aquella familia que ya no está fue «invitada» a vivir en el edificio en el 2008. Cuando en el mismo inmueble residía una mujer de avanzada edad con una renta antigua.  Relatan que la mujer terminó por abandonar la vivienda. «Las personas con las que tenía que compartir escalera se dedicaban al cartón y a la chatarra y comenzaron a llenarlo todo de basura», relata el presidente de la comunidad de vecinos de un edificio cercano. La Voz no pudo constatar estos hechos.

Lo que sí se constató fue que una vez se fue la señora, los «invitados» no quisieron dejar la casa y en ella permanecieron unos 11 años sin hacer caso alguno a los requerimientos judiciales para irse. De aquella gente nadie habla mal en el barrio. «Nunca se metieron con nadie y la convivencia siempre fue correcta. Lo que no podíamos consentir eran las condiciones en las que estaba la casa, un peligro para los inmuebles próximos», dice Anselmo García, residente en la zona. Aquello llevó a varios vecinos a presentar denuncias. Ninguna sirvió de nada.

El año pasado, cuando la familia que la habitó hizo la maleta, el inmueble permaneció vacío apenas unos días. Los que tardó en ocuparlo un hombre. Como los anteriores, tampoco «causó problema alguno». Luego llegaron más. Dos o tres parejas, «algunos, toxicómanos», cuentan los vecinos, que también creen que se ejercía la prostitución por parte de una de las moradoras.

Ninguno sufrió herida o intoxicación este domingo al declararse el incendio. Cuando llegaron los bomberos, los que estaban dentro se encontraban ya en la calle, y el resto llegó después. Ayer intentaron rescatar alguna de sus pertenencias.  

Extinguido el incendio, los técnicos municipales analizaron la situación de la estructura para establecer las posibilidades de reforma y se precintó el inmueble.