«Siempre veía a gente jugándose la vida al cruzar la N-VI, pero ya es historia»

La Voz OLEIROS / LA VOZ

A CORUÑA

EDUARDO PEREZ

La pasarela a la altura de Novomóvil es mucho más utilizada que su gemela, más próxima al Sol y Mar

10 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

José Manuel Sánchez lleva siete años trabajando con vistas a la N-VI en Perillo. Es comercial de Novomóvil, el concesionario que vende la marca BMW en el área de A Coruña. Desde hace meses ha irrumpido en su horizonte más cercano una de las dos pasarelas peatonales recién inauguradas por el delegado del Gobierno, Javier Losada. Podemos afirmar que él apenas la usa pero, aun así, desde que esa estructura metálica y verde está ante sus ojos su vida tiene menos sobresaltos. «Porque raro era el día en que no veía cruzar a alguien jugándose la vida», espeta este empleado de Novomóvil. «Recuerdo una ocasión que fue espeluznante, un grupo de adolescentes, chicos y chicas, se pusieron a cruzar corriendo camino de la hamburguesería, algunos se quedaron a caballo en la mediana, hubo coches que dieron volantazos, cláxones... yo mismo salí a reprenderlos, ese día se nos encogió el corazón a todos», relata Sánchez. Por suerte, esas escenas ya no se repiten al cubrirse una necesidad para los peatones en este tramo donde el tráfico es constante. De hecho, un empleado ya jubilado de este concesionario acudía a trabajar en autobús. «Se bajaba en la parada de enfrente, justo delante, pero luego tenía que caminar un buen trecho para cruzar, vigilante, en una zona sin mediana».

Tras casi tres semanas abiertas al público, se está constatando una densidad de paso muy diferente en las dos pasarelas, que costaron cerca de un millón de euros abonados por el Ministerio de Fomento. «Cada dos o tres minutos pasa alguien, la verdad es que mucha gente la utiliza, el supermercado está aquí, además de la gente que pasea», explica.

Pero no ocurre lo mismo con el otro acceso, el que está más cerca del cruce del Sol y Mar. «Si pasan diez personas en todo el día ya son muchas», explica Fabián Cid, empleado del punto de venta de Citroën en Perillo. Junto a esta pasarela se concentran buena parte de los concesionarios de la recta de Perillo. «Pero los compradores de coches no usan la pasarela, aprovechan las zonas de aparcamiento de cada una de las casas de venta para acceder», añade.