Miles de coruñeses aún viven aislados peatonalmente del centro urbano

Eduardo Eiroa Millares
Eduardo EIroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

ANGEL MANSO

En zonas como Palavea y Novo Mesoiro no solo faltan aceras, sino que las que hay, no cumplen la normativa

05 ene 2020 . Actualizado a las 13:23 h.

Todavía es posible vivir aislado en A Coruña como un náufrago peatonal, habitando en barrios y lugares que son islas rodeadas de un mar de asfalto y sin aceras con las que poder salvarlo.

En la época de la nueva movilidad quedan todavía espacios donde no ha llegado ni la del siglo pasado, espacios más o menos alejados del centro donde no queda otra, para llegar al corazón de la ciudad, que pisar asfalto. En el mejor de los casos, el del, arcén.

El caso con un mayor número de vecinos afectados es Novo Mesoiro, un nuevo barrio en el que viven más de 3.000 personas y que se diseñó sin tener en cuentas las comunicaciones. El bus no basta y las peatonales o ciclistas no existen. Se puede salir por la acera del barrio, pero el peatón se topa con las murallas difíciles de franquear de las rotondas de acceso a Pocomaco. A alguna se puede llegar por un acera escasa, «que non cumpre a normativa para que poda pasar por ela unha cadeira de rodas», cuenta Manel Méndez, presidente de la asociación de vecinos. En otro tramo directamente no hay, como tampoco pasos de peatones para atravesar unas vías generalmente atestadas de tráfico.

«O bus, o 21, para xunto a gasolineira e deixa a xente directamente nun arcén», cuenta Méndez, que pide tanto al polígono como al Concello y la Diputación que mejoren de una vez la situación.

Palavea es la otra gran isla urbana. Llevan años esperando allí por la renovación de Alfonso Molina y por la pasarela de la vecina Pedralonga. «A nivel peatonal, muy mal, y para los ciclistas igual. Somos un barrio de A Coruña pero no estamos en A Coruña, nos valía la pena estar en Culleredo, le dije un día a un político local», recuerda Manuel Meilán, presidente de los vecinos de Palavea, A Pasaxe y Santa Gema.

Para poder llegar al centro de manera menos insegura las vueltas son fenomenales. Han de ir por detrás de la Coca Cola y recorrer Elviña y Someso. Por Alfonso Molina resulta imposible, pese a existir tramos de acera que acaban desembocando en el asfalto. San Vicente de Elviña es otro de los lugares donde las aceras tampoco son algo generalizado, al igual que hay margen de mejora en Visma - sí hubo avances allí en los últimos años- y también en Feáns. En este último lugar la carretera al cementerio, muy transitada en determinados días del año, sigue sin aceras separadas para los peatones. San Cristobo das Viñas y Mesoiro y la zona del Martinete tienen también mejoras pendientes.

En el caso de Eirís de Arriba, tampoco existen aceras transitables en una zona de vías estrechas. Por allí, desde el Ofimático, hay poco más de 500 metros hasta el Chuac, pero en la actual situación serán pocos los que se aventuren a llegar a pie hasta el hospital. 

Planes municipales

Desde el Ayuntamiento, el responsable de Mobilidade, Juan Díaz Villoslada, urge al Gobierno a aprobar cuanto antes la construcción de la pasarela de Pedralonga y la mejora del entorno de Alfonso Molina. Esas obras mejorarían la conectividad peatonal de esa zona de la ciudad.

Para Novo Mesoiro, indica, está en marcha un proyecto de conexión peatonal y ciclista bajo la tercera ronda que se contratarán, dice, en el primer trimestre del 2020. Considera Villoslada que también hay que mejorar las conexiones a pie de los núcleos tradicionales, y cita Bens y Eirís como ejemplos. En ambos lugares se estudiarán mejoras, al igual que en Visma y Elviña.