«Mi vecina vivía sin agua, sin luz, con ratas, excrementos y llena de basura»

Alberto Mahía A CORUÑA

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

El Ayuntamiento espera que la mujer con Diógenes, que sigue hospitalizada, les permita la entrada para limpiar

17 dic 2019 . Actualizado a las 11:39 h.

Para llegar a imaginarse el alcance de esta noticia habría que pasarse por el número 95 de la avenida de Arteixo y abrir el portal. ¿Cómo se describe un hedor nauseabundo? Los vecinos no tienen palabras. Salen y entran en sus pisos con una mano tapándose la nariz y tristes por la situación de «abandono y desamparo» a la que llegó una vecina de toda la vida que desde que hace 5 años le murió el marido se vino abajo hasta caer «en lo más hondo», hasta el punto de ser diagnosticada con el síndrome de Diógenes.

Rezan por ella y también para que ninguna rata se les cuele en casa. No soportan más el olor indescriptible que sale del primero izquierda, donde hasta hace 15 días vivía esa mujer. Hoy ella está atendida. La hospitalizaron después de que sus vecinos, las únicas personas que se venían preocupando de ella, llamasen a una ambulancia una noche que sufrió un ataque de ansiedad. Los sanitarios entraron en la vivienda, vieron aquello, se la llevaron y rápido se pusieron en contacto con Servicios Sociales.

El problema es que fueron pasando los días y, pese a que desde el Ayuntamiento les habían prometido que acudirían a limpiar ese foco de infección, por allí nadie apareció. El Gobierno local, aparte de pedir excusas, dice encontrarse de bruces con la burocracia. Explican que para entrar en una casa particular es necesario tener el permiso de la inquilina y, si esta no quiere, solicitar una orden judicial. Por el momento, ayer mismo un miembro de Servicios Sociales acudió al centro sanitario de Oza, donde se encuentra la mujer, para convencerla de que le firmase el papel que da poder al Ayuntamiento a acceder a la vivienda y proceder a la limpieza por parte de un equipo de Medio Ambiente. Mientras, los que en ese edificio viven lo hacen con puertas y ventanas cerradas a cal y canto. Y no saben hasta cuándo van a tener que estar así.

Dos gatos

Los que sí han actuado con celeridad fueron los de la protectora de animales. En cuanto los vecinos llamaron para alertar de que la señora convivía con dos gatos y que estos se encontraban en total estado de abandono, fueron a rescatarlos y hoy están a salvo.

La vecina que vive puerta con puerta con esa mujer de alrededor de 70 años cuenta entre lágrimas la «crítica» situación en la que vivía su vecina. Dice que «se echó a perder» al fallecer su marido hace cinco años, pero de uno para aquí «fue a muchísimo peor», pues cayó en el alcoholismo, dejó de pagar el alquiler y le cortaron el agua y la luz. Comenzó entonces a acumular basura. Al principio, dice, «nunca nos llegamos a imaginar las circunstancias en la que estaba, pero poco a poco ya vimos que la falta de higiene era absoluta». Ya cuando se la llevaron al hospital y pudieron entrar, no dieron ni un paso. No había manera. «El piso estaba lleno de excrementos, de basura por todas partes, de comida podrida y, hasta con ratas», denuncia.

Bichos

Esa puerta del primero izquierda quedó desde entonces cerrada, pero por debajo de la misma salen todo tipo de seres vivos. Hay cucarachas, chinches y «bichitos que no sé ni lo que son», cuenta un vecino. De ahí que el resto de la comunidad se vea obligada a pasar el día echando insecticida en puertas y ventanas para que no entren los insectos.

Lo peor de todo es que pudo haber ocurrido una desgracia. Los vecinos han descubierto que la mujer, al carecer de luz, encendía velas, lo que supuso un peligro inmenso ante cualquier riesgo de incendio. «Imagínese una vela que cae encima de la basura. En segundos arde todo el edificio con nosotros dentro», lamenta una residente.