Vueling y la sobreventa de billetes en A Coruña: «Llevo dos 'overbookings' en 9 horas»

A CORUÑA

La empresa ha preferido no hacer declaraciones sobre la venta de más plazas de las que tienen las aeronaves, que es legal, pero suele dejar en tierra a varios clientes por vuelo

11 dic 2019 . Actualizado a las 20:39 h.

Es el pan de cada día del personal del mostrador de Vueling en Alvedro. Y en muchos aeropuertos españoles. Trasladarle a unos eufóricos o agotados pasajeros que probablemente no podrán volar en el avión por el que previamente, claro, habían pagado un billete. Es decir, un asiento. La indignación que suele apoderarse de los fallidos viajeros se vuelve pronto frustración; pues no tardan en descubrir que la práctica que llevan a cabo muchas compañías y que consiste en vender más plazas de las que hay en el avión es legal. Por una cuestión, al parecer, de razones comerciales, las aerolíneas tienen permitido sacar a la venta un 10 % de asientos más de los que hay; pues las estimaciones dicen que los aviones no suelen llenarse. Lástima que con frecuencia pasajeros que vuelan por trabajo, ocio o enfermedad se tengan que quedar en tierra. Consultados por La Voz, responsables de la empresa aeronáutica han declinado realizar declaraciones sobre la sobreventa de billetes, y ni siquiera ha querido aclarar si van a corregir esta práctica.

Esta práctica afectó a cinco pasajeros que tenían que haber cogido ayer martes 10 de diciembre el vuelo de las 18.10 h. de Vueling con destino Barcelona. Con una lista de espera de once personas, solo seis consiguieron colarse in extremis en el vuelo. El resto tuvo que volverse a casa, al hotel, o esperar al siguiente vuelo. Con todo lo que esto supone. Lo explicaba Montse Carrascal, una científica del CSIC catalana que se vio afectada por la sobreventa de billetes dos veces en un mismo día. «Hoy por la mañana llegué al aeropuerto de El Prat a las siete y el vuelo salía a las 9.30 h. En ese momento ya me dijeron que estaba en overbooking, pero me advirtieron de que era legal, que podían vender un 10 % más de asientos. Entonces me pusieron en lista de espera y era la cuarta; solo pude coger el vuelo porque pidieron por los altavoces que alguien renunciara, que les pagaban 150 euros si volaban en el siguiente». Varias personas corrieron menos suerte y se quedaron sin coger ese avión con destino Alvedro. 

Montse viajaba a la ciudad herculina para ejercer de tribunal de una tesis doctoral. «Por eso me parece inmoral aunque sea legal esta práctica. Hay límites. Si no cogía este vuelo la chica que leía su tesis en Biomedicina tenía que esperar hasta después de Navidad y otro de los miembros del tribunal, que vino de Maastricht (Países Bajos), volver a Coruña por este percance», relata esta doctora en Farmacia. Por si fuera poco, al overbooking que sufrió por la mañana se le sumó el de la tarde. «Me ha pasado literalmente lo mismo pero con la ruta de vuelta. Volveré a hacer una reclamación, como hice hace unas horas, y a ver si cojo el vuelo siguiente (de las 22.20 h.)». Se había puesto en lo peor Montse antes incluso de que el personal de Vueling leyese qué pasajeros de la lista de espera podrían, finalmente, volar. Efectivamente, no se equivocó. Y resignada comentó: «Lo peor es que va a tener razón un señor que coge vuelos con mucha frecuencia y esta mañana me dijo que era una práctica muy recurrente en Vueling en lugares con rutas que solo tiene esta compañía. Claro, si no hay competencia...».

Ser previsora sirvió de poco

Ni siquiera le sirvió ser previsora y hacer el check-in por Internet. «Cuando lo intenté ya no me dejaba hacerlo porque directamente no había asientos disponibles. Ni pagando podía seleccionar una butaca...». Comentaba su calamitosa situación con otro pasajero que tampoco había podido volar a Barcelona mientras se dirigían a poner una reclamación que, en principio, les garantizaría un billete en el siguiente vuelo y una indemnización de 250 euros por tratarse de un vuelo de una distancia inferior a 1.500 kilómetros. Su compañero de batalla explicaba que su destino final era Málaga, donde hoy miércoles a primera hora tenía el rodaje de un anuncio. Perdió la conexión con Barcelona (no está la esquina noroeste peninsular, por otro lado, muy bien comunicada) y su trabajo y el de sus compañeros se demoraría, por esta cuestión, bastantes horas.