El gobierno local teme que se empiece a cumular basura en las calles a partir de mañana

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA

A CORUÑA

El Ayuntamiento intervendrá la planta de Nostián si el 1 de enero se rompe el contrato

10 dic 2019 . Actualizado a las 12:00 h.

La situación está «normalizada», confirmaron fuentes de Albada, la empresa del grupo Urbaser que gestiona la planta de tratamiento de residuos de Nostián, poco antes de las 13.30 horas de ayer. A esas alturas del día, todos los camiones con basura procedentes de A Coruña y el área metropolitana habían podido descargar en las instalaciones, los rechazos estaban saliendo hacia el vertedero de Gestán, en Arteixo, y las cuatro palas mecánicas presuntamente saboteadas el fin de semana ya trabajaban de nuevo.

Así terminó una mañana marcada por la tensión, la del primer día de huelga indefinida, que ha sido más tranquila de lo que se preveía a juzgar por el recuerdo de huelga del 2013, la más larga y conflictiva ocurrida en la ciudad durante las últimas décadas.

Antes de que la empresa diese por normalizada la situación, la concejala de Medio Ambiente, Esther Fontán, ya había calificado de «moi tranquila» la jornada, e incluso agradeció a los trabajadores el «bo talante» y el «sentido común», para evitar una repetición de lo «que se viviu en 2003, que non beneficia a ninguén».

Sus palabras contrastaron con los datos facilitados por la empresa a primera hora de la mañana, cuando denunció que los piquetes estaban impidiendo, «bajo coacción y amenazas», la entrada de los operarios de compañías auxiliares y de mantenimiento.

El riesgo de la basura en la calle

Fontán pidió a los trabajadores que mantengan esa actitud para facilitar una solución que garantice el empleo, y porque «toda a cidade sabe que están en folga aínda que non haxa lixo nas rúas». Pero también se curó en salud ante un posible recrudecimiento del conflicto, y calificó de «probable» que a partir de mañana quede basura sin recoger.

Si se llegase a esa situación, la titular de Medio Ambiente pidió a los ciudadanos que colaboren para mantener la ciudad limpia con varias medidas —no depositar cartón o papel en la acera, retener en sus hogares los residuos en la medida de lo posible y no depositar voluminosos—, y señaló que han planteado medidas similares a las empresas.

La crisis podría deteriorarse porque la solución a la crisis no será rápida. Fontán confirmó que «o diálogo con Urbaser está en punto morto», y reprochó a la empresa que no acudiese a la reunión convocada el domingo por el Consello de Relacións Laborais de Galicia. Otro tanto ocurre en el frente laboral. El presidente del comité de empresa, Julio Martínez, coincidió en que el diálogo con la firma, que el 1 de enero prevé aplicar un ERTE que costará el puesto a 39 empleados fijos y 20 eventuales, está «roto».

Rescates y sanciones

El Ayuntamiento, explicó Fontán, se está preparando para intervenir el día 1. El gobierno local considera que la aplicación del ERTE supondrá que la firma deje de atender las obligaciones del contrato, por lo que el Concello podría intervenir la planta.

Los servicios jurídicos están analizando qué medidas se podrían tomar. Las tres opciones posibles, añadió Fontán, pasan por rescatar o secuestrar la instalación, sacar un contrato de emergencia para gestionarla de forma transitoria, o llevar la basura a Sogama. La Xunta, confirmaron fuentes del Gobierno gallego, ha dejado esa puerta abierta.

Pero la titular de Medio Ambiente ha subrayado que no recurrirán a la planta autonómica tras los desencuentros de la crisis de los rechazos ocurrida hace unos meses. Ese conflicto se ha traducido en una multa de la Xunta a Albada de 50.000 euros.

Descartada Sogama, la solución a la crisis actual pasa por el rescate-secuestro o el contrato temporal. En ambos casos, señaló Fontán, se garantizaría el empleo. Más allá de la fórmula, el problema para los operarios es de tiempo. Preferirían que el Ayuntamiento interviniese antes, ya que consideran que sus puestos peligran. El presidente del comité reiteró que el ERTE es ilegal e instó al gobierno local a intervenir. Mientras, el Ayuntamiento insiste en que no es posible hacerlo mientras la empresa no incumpla el contrato. En ese caso, subrayó Fontán, no les «temblará la mano». Esa tensión derivada de los plazos es la chispa que podría calentar el conflicto.