Dani Arias: «La gente de África te contagia su alegría»

La Voz

A CORUÑA

PACO RODRÍGUEZ

El fotógrafo presenta en Oleiros «Los niños de Same», un libro sobre la realidad que viven los jóvenes con discapacidad en Tanzania

05 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Al fotógrafo Dani Arias su amor por África le ha llevado a empaparse hasta el fondo de la realidad de países como Tanzania. En un viaje realizado a Tanzania con la oenegé África Directo, recaló en un centro de acogida para menores que tienen alguna discapacidad. De ahí ha salido un libro de fotografía titulado Los niños de Same, que presenta esta tarde, a las 20.00 horas, en el centro cultural As Torres de Santa Cruz, en Oleiros.

-¿Cómo surge la oportunidad de realizar este viaje?

-Ya había viajado a África y había surgido una fascinación enorme que, de todos modos, no me impidió ver desde el primer momento las innumerables carencias que tienen. Así que sentí la necesidad de hacer algo, no podía contentarme con pasear por África con una cámara sin más. Por eso contacté con la oenegé África Directo, y organizamos este viaje que me permitiría convivir con los niños de Same, en Tanzania, que están en un centro de acogida para niños con todo tipo de discapacidades físicas y psíquicas.

-Habla de convivencia con los niños...

-Es que no quería ser un intruso con una cámara ni intimidarles, así que me fui con calma, tres semanas, para poder convivir con ellos, que surgiese confianza. Y no tardó, porque al tercer día ya los tenía a todos a mi alrededor, jugábamos... Es una característica de la gente de África, esa alegría que tienen que es realmente contagiosa.

-Y eso que hablamos de niños que son los más necesitados dentro de un panorama de necesidad extrema.

-Sin duda. Son los que lo tienen realmente difícil. Ten en cuenta que por la falta de medios sus problemáticas terminan desembocando en otras nuevas y más complejas. Es un bucle infernal. Y eso que el centro es una maravilla. Allí acuden todos los años fisioterapeutas y otros especialistas de Europa no solo para prestarles atención sanitaria, sino para ensañar a las madres cómo cuidar de sus hijos. Se trata de intentar lograr que sean autosuficientes, dentro de sus posibilidades.

-¿Sabía lo que se iba a encontrar al aterrizar o le superó la realizad que allí encontró?

-Para ser sincero, no, no me superó. Al contrario, cada vez que aterrizo en África me siento como en casa. Eso que dices, por ejemplo, sí me pasó en un viaje que hice a la India. Fue muy duro. Pero en África, que tiene tantas carencias o más, no me pasa. Supongo que es por la propia forma de ser de la gente, que te hacen sentir tan bien desde el primer momento. Es alucinante cómo se ayudan los unos a los otros. Al que está en silla de ruedas le lleva el que puede caminar, es como una gran familia que derrocha alegría.