PSOE, Bloque y Cs evitan el atasco de la herencia recibida

Xosé Vázquez Gago
X. Gago A CORUÑA

A CORUÑA

08 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Opuestos en casi todo, el PP y la Marea compartieron durante sus etapas de gobierno aspectos en su forma de hacer política. Una de ellas fue su querencia por hablar del pasado. Los populares se afanaron en atacar al bipartito PSOE-BNG con tal empeño que un edil del Bloque lo describió como una «demonización». La Marea fue más allá. Se empleó en la demolición del trabajo de los populares, a los que vincularon ya no con errores políticos, sino con actividades delictivas, y también continuó con la «demonización» del bipartito. Así, entre broncas sobre el ayer y el anteayer se perdieron plenos enteros.

El nuevo gobierno del PSOE ha cambiado la melodía. Lage condenó esa estrategia política al señalar a Iago Martínez que él podría reprocharle a la Marea no haber aplicado la armonización fiscal a la refinería durante cuatro años, pero no lo ha hecho. En la misma línea están el Bloque y Ciudadanos, que evitan críticas excesivas al anterior ejecutivo.

Pese a las diferencias ideológicas, PSOE, BNG y Cs, en base a ese ánimo constructivo, intercambiaron apoyos, lo que da a las dos formaciones más pequeñas una pegada superior a su peso. Ciudadanos es el ejemplo claro, apoyó las mociones del BNG por su fondo, aunque sus exposiciones de motivos puedan chirriar a un partido nacido como oposición al nacionalismo, y vio como sus propuestas salían adelante.

Así, aparte de la división izquierda-derecha o nacionalismo-centralismo, en el pleno ha surgido una nueva separación política entre los partidos que centran su acción en el pasado y los que no.

En el primer grupo destacó la Marea, que dedicó muchos minutos a loar su gestión sin hacer autocrítica— pese la pérdida de cuatro ediles— ni dejar atrás los ataques a los gobiernos previos. Pese a su exigencia de protagonismo, BNG y sobre todo Cs —con su propuesta aceptada de la mesa fiscal— se llevaron el gato al agua. Quizá eso explique que su viceportavoz, Iago Martínez, tratase de empequeñecer a Ciudadanos al no llamar por el nombre al partido o su portavoz. «Grupo mixto», les dijo. En un momento del pleno, Lage comparó su actitud con la de la portavoz, María García, más colaboradora. Como si hubiera dos mareas dentro de la Marea.