El socavón del paseo marítimo obliga a cerrar la zona al tráfico hasta el viernes

Alejandro García Chouciño
A. G. CHOUCIÑO A CORUÑA

A CORUÑA

César Quian

Desde el gobierno local señalan que el hundimiento de la calzada se produjo por la rotura de una tubería

29 oct 2019 . Actualizado a las 13:13 h.

El socavón producido este domingo en el paseo marítimo, en la parte cercana a Os Pelamios, va a obligar a cortar el tráfico en los dos carriles de la vía en sentido hacia la torre de Hércules mientras duren las obras de reparación. La previsión que estiman desde el Ayuntamiento, tras hablar con los técnicos municipales, es que el vial esté cerrado al tráfico hasta el viernes. Mientras tanto, la circulación se desviará en este punto hacia la calle Veramar, que conecta con la zona del cuartel del Atocha y la calle Orillamar.

Desde María Pita indican que la causa del boquete se debe a la rotura de una tubería hidrante. «No es un tema del mar sino más bien de una rotura de una tubería. Al inspeccionar el terreno vimos que el socavón es más complejo de lo que pensábamos. Hay que levantar una pequeña parte de la carretera porque se vio que incluso el césped del paseo bajó el nivel de la calzada a causa de la pérdida de agua de la tubería», señalan desde el Ayuntamiento.

Por lo tanto, el primer paso de los operarios está en detectar el origen de la filtración para repararlo y, posteriormente, asfaltar la calzada. «Va a llevar tiempo, sobre todo por la rotura de la tubería. Aún no han detectado el origen», comentaban desde el gobierno local ayer al mediodía.

A las 8.30 horas de este lunes llegaban los técnicos de Emalcsa con cámaras para investigar cuáles eran las causas del hundimiento. Un trabajo que terminaron pronto, ya que la tubería no pertenece a la Empresa Municipal de Aguas sino al propio Ayuntamiento. Tanto la concejalía de Medio Ambiente como la de Infraestructuras trabajan en la reparación del socavón.

Los vecinos de la zona, por su parte, seguían sin dar crédito ante lo sucedido durante la jornada de ayer: «De golpe se fue todo abajo... Y miras ahí y jolín... ¡vaya profundidad!», decía uno de los vecinos al programa de Radio Voz, Voces de A Coruña.

El hundimiento de la carretera se produjo sobre las 11.25 horas del domingo. La Policía Local se desplazó a la zona, señalizó el agujero y pidió precaución a los ciudadanos. Según indicaron los agentes, aunque se trata de un socavón no demasiado grande en dimensiones, sí tiene cierta profundidad, por lo que decidieron no solo vallar el lugar, sino también ampliar las restricciones de tráfico, primero al carril izquierdo por temor a que el material continuase desprendiéndose y ganando más dimensiones y, posteriormente, a los dos carriles. Además, el agujero se abrió justo en un tramo a la salida de una curva y en una zona en la que es habitual que los conductores utilicen el carril de la izquierda para evitar los raíles del tranvía.

2016, el año de los grandes baches

Los pavimientos de la ciudad herculina han sucumbido en más ocasiones durante los últimos años. Solo hay que retroceder al 2016 para recordar tres casos que sucedieron en un breve período de tiempo y que resultaron aparatosos por sus dimensiones. En febrero de ese año un temporal provocaba un hundimiento de la calzada en la avenida Rubine, justo en la esquina del restaurante Gasthof, por una rotura en un pozo de saneamiento. Al romperse, la arena comenzó a llenar el espacio, dejando así un hueco entre la red de saneamiento y el asfalto. Un mes después la misma causa provocaba otro gran socavón en la calle Durán Loriga. Los paralelismos entre los dos casos eran indudables, al producirse en días con mucha lluvia y que ponían en evidencia la falta de mantenimiento e inversiones en la red de evacuación de aguas.

En noviembre del 2016, los muros y la bóveda del llamado Rego dos Xudeus a su paso por Cuatro Caminos se rompían y generaban un nuevo socavón. La situación obligó a cortar el tráfico en la zona. El anterior gobierno local de la Marea explicaba, en aquel momento, que se trataba de «un antigo río que foi soterrado progresivamente ao longo do século pasado e que discorría desde Vioño polos Mallos e San Pedro de Mezonzo, para desembocar na enseada da Palloza». Al romperse dicha estructura subterránea el agua «foi arrastrando os áridos que cubrían a galería da canalización ata producir unha cova interior de considerable tamaño».