«Llama a otra enfermera, que tú no me entiendes»

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

Foto de archivo de una concentración de protesta de enfemeros eventuales en el Chuac
Foto de archivo de una concentración de protesta de enfemeros eventuales en el Chuac MARCOS MÍGUEZ

Los contratiempos de los profesionales que se abren camino en otros países ante la imposibilidad, a veces, de trabajar en su tierra

19 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Es un caso real. La enfermera se llama Laura: «Cuando empecé a trabajar lo pasé fatal con los pacientes del hospital porque apenas sabía inglés. Aún no me expresaba bien. Me decían: ‘Llama a otra, que tú no me entiendes’. También me lo echaba en cara algún médico. Pero necesitan profesionales. Solo el 20 % de los enfermeros son ingleses. Los demás, extranjeros».

Esta enfermera gallega explicaba hace unos años en las páginas de este periódico el funcionamiento del servicio en el área de Digestivo de un hospital de Londres. Allí empezó a trabajar sin tener apenas idea de inglés y, según entró por la puerta, la pusieron a atender a pacientes a los que la pobre no era capaz ni de entender cuando le pedían algo, así estuviesen pronunciando sus últimas palabras.

Hace unos días conocimos también en La Voz el caso de Naiara, una coruñesa que trabaja en un hospital de Cambridge. Ella se ocupa del reparto de comida a pacientes. Cuando Naiara se puso de parto, su hospital la mandó para casa porque decían que aún estaba «muy verde» a pesar de las contracciones. Pasado un rato, cuando telefoneó con la intención de volver le dijeron que no había médicos para atenderla y la derivaron a otro centro, a tres cuartos de hora. Cuando llegó a ese hospital, el parto estaba tan próximo que no le pudieron poner ni la epidural. Su hija Ellah no nació en el coche de milagro. Y a las siete horas de parir, tal y como marca el protocolo en el Reino Unido, la mandaron a casa, así que si algún día llega otro bebé «nacerá en España», asegura Naiara.

Está claro que si uno se pone a buscar casos sanitarios particulares aparecen situaciones esperpénticas, pero la verdad es que cuanto más en detalle conocemos el funcionamiento de otros países, más apreciamos la sanidad española, que, sinceramente, con todos los desajustes que pueda tener, es extraordinaria. Por la atención, por los medios, por la categoría de sus profesionales y por la gratuidad y universalidad del sistema público. No es probable encontrar en nuestra Seguridad Social una enfermera que no te entienda cuando necesitas atención o una matrona que te mande a casa siete horas después de dar a luz.

Y sin embargo, hay un problema. Un gran problema: nuestro país, con una sanidad puntera, no tiene sitio para muchos de sus profesionales, que terminan buscándose la vida en el extranjero, donde Laura y Naiara trabajan y están satisfechas porque les pagan bien… Sucede también con los arquitectos, los ingenieros, los científicos... Y esta sangría, esta fuga de jóvenes, en el fondo, es el germen de las dificultades de personas como Laura y Naiara en el exterior.