Los jardines sufren el mayor botellón desde el inicio del curso universitario

Emiliano Mouzo A CORUÑA

A CORUÑA

Emiliano Mouzo

Minutos antes de las 7.45 aún resonaba con fuerza la música de algunos locales de ocio

27 sep 2019 . Actualizado a las 15:17 h.

Los jardines de Méndez Núñez sufrieron en la madrugada de este viernes el mayor botellón desde que dio comienzo el curso académico en la Universidad, a comienzos de septiembre. La fiesta de esta noche duró hasta casi las ocho de la mañana. A las 7.45 horas la música aún retumbaba con fuerza en algún local de ocio y los clientes disfrutaban también en el exterior.

Los botelloneros dejaron basura por la totalidad del área verde y por algunas zonas de la explanada del palco de la música. También había restos de vidrios rotos en la entrada al aparcamiento de Palexco.  

A falta de que rematen su trabajo los operarios de la empresa del servicio municipal de limpieza (Cespa) y después de una primera impresión realizada por los técnicos, estos dijeron que se podían recoger «entre y ocho y diez contenedores» de residuos. Esto viene a ser «unos 1.000 kilos» de basura.

Los vecinos y paseantes de la zona de los jardines volvieron a denunciar el botellón. Ya no se creen lo que dijo la alcaldesa, Inés Rey, cuando anunció hace una semana en Voces de A Coruña, de Radio Voz, que su intención era acabar con esta costumbre, tanto en los jardines como en cualquier lugar de la ciudad. Para ello, el Ayuntamiento iba a iniciar los trámites de la declaración BIC de los jardines.

«Es lo mismo que dijeron todos los alcaldes y otros políticos que se sentaron y sientan en María Pita, pero una vez en los sillones no se acuerdan de nada de lo que prometieron», lamentó María Isabel Díaz, una vecina que paseaba a las siete de la mañana con su perro por los jardines.

Antonio Salazar se dirigía a su trabajo a las 7.35 horas: «Si este ruido que hay en estos momentos por aquí y por la zona del Orzán sonara al lado de la casa de la alcaldesa ya verías que pronto lo solucionaba», contó muy cabreado.

Las fiestas nocturnas, además de castigar las zonas y mobiliario público, también acarrean problemas de seguridad en las calles, gritos, peleas, agresiones e intervenciones policiales. 

Peleas

Así ocurrió el pasado miércoles en el Pasadizo del Orzán, en el que se pelearon dos jóvenes. Hasta el lugar tuvieron que desplazarse dos patrullas del 091 y otras tantas de la Policía Local. 

Los agentes identificaron a los participantes en la reyerta, pero ninguno de ellos quiso presentar denuncia.