Los bañistas vuelven al Parrote con el buen tiempo a pesar de las señales

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA

A CORUÑA

EDUARDO PEREZ

La colocación de los carteles de prohibido acordada en abril no ha surtido efecto

16 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Como se veía venir, la colocación de señales de prohibido el baño en el Parrote no ha surtido efecto alguno sobre los bañistas habituales que ayer, en cuanto asomó el sol, volvieron al paseo para darse un chapuzón. Los indicadores están ahí, pero no sirven ni para dar sombra a los usuarios, son demasiado pequeños.

Su instalación, el pasado 29 de julio, provocó una fuerte polémica. La mayoría de los ciudadanos pensó que se les acababa de imponer una nueva prohibición. No era así. El baño en aguas portuarias -y las del Parrote lo son- no está permitido desde hace años. Hay normativa autonómica y estatal al respecto, como la ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante del 2011.

Pero en el Parrote esas leyes no se cumplían, y algunos bañistas habían cogido la costumbre de lanzarse de cabeza, lo que disparó la preocupación de las Administraciones. En abril, la Autoridad Portuaria y el anterior gobierno local de la Marea decidieron en la comisión Puerto-Ayuntamiento reforzar la señalización. Haber tomado esa decisión no impidió que la propia Marea, ahora en la oposición, la criticase cuando fue llevada a la práctica.

En respuesta a la polémica, la nueva alcaldesa, Inés Rey, recordó que el veto estaba y está vigente: «No tengo que decir a gente adulta lo que tiene que hacer, pero el baño está prohibido y estaba prohibido antes, así se acordó por el gobierno local anterior y la Autoridad Portuaria».

Rey también anunció que se estudiaría legalizar el baño en esa zona, para lo que sería preciso contar con socorristas y un puesto para emergencias, además de que la calidad del agua debe ser correcta y el área dedicada al baño debe estar claramente separada del tránsito de naves y de la actividad portuaria.

Todo indica que esos trámites no estarán listos este verano, en el que los carteles indicadores quizá no eviten el baño irregular en una zona insegura, pero sí garantizarán que nadie pueda decir que no sabía donde se metía.