Pablo Pérez: «La puesta de sol de Mera no tiene nada que envidiar a la de Santorini»

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

El director de SUP Mera reconoce que esta temporada veraniega está siendo mala

07 jul 2019 . Actualizado a las 08:55 h.

Alto, guapo, fornido, sonriente, emprendedor, inteligente, educado... Tengo la sensación de que estoy con el hombre perfecto. «No soy de hacer locuras ni una cabra loca, pero me encanta disfrutar de la vida, eso sí, con sentidiño. Si le preguntas a Montse (su mujer) ella te dirá seiscientos defectos que tengo», comenta sonriente Pablo Pérez Vázquez. Es director de gestión del Colegio de Ingenieros Industriales, socio de la empresa Eco-Lógica que se dedica a la venta y alquiler de bicicletas y ofrece servicios de movilidad. También está al frente de SUP Mera, la escuela de páddel surf de esta playa oleirense en la que alquilan tablas, dan clases y organizan rutas, incluso algunas para disfrutar de la puesta de sol en la bahía. «Yo estuve en Santorini y la puesta de sol de Mera no tiene nada que envidiarle y, a mayores, tienes la torre de Hércules», afirma convencido. El 21 de junio, primer día del verano, cumplió 45 años. Tiene dos hijos pequeños, Pablo, de 3, y María que el mes que viene cumple 2. «Duermes poco, pero es superbonito. Ahora que tengo niños me doy cuenta del esfuerzo que tuvieron que hacer mis padres y cómo supieron inculcarnos valores importantes. Mis padres son mi referente», afirma Pablo, quinto de ocho hermanos.

Trabajó como modelo

Charlamos en la terraza del Serán en la bochornosa tarde del miércoles. «Consulto todos los partes meteorológicos porque no solo nos afecta que el día sea soleado, también si hay viento o mar de fondo. Cuando no hay nadie en la playa nos dedicamos a cuidar el material y a pensar en proyectos. Por el momento esta temporada es ruinosa. El verano no ha llegado, pero siempre llega. Lo fuerte es del 15 de julio al 15 de agosto», resume. Estamos a unos metros de la playa donde juega con los niños su mujer, la modelo Montse Suárez, la Perla de Mera. «Alguna vez me lio y también hice algún trabajo como modelo. Mi mejor virtud es haberme casado con ella».

El sueño del baloncesto

Coruñés de la plaza de Vigo estudió en Peñarredonda y «desde 1.º de EGB hasta que terminé nunca bajé del sobresaliente», recuerda. Un buen estudiante que soñaba con ser jugador de baloncesto. Con su 1,91 de estatura jugó de base-escolta en el CAB Coruña y en el Sondeos del Norte de Arteixo. «Aquellos años me sentí jugador, me pagaban, pero era consciente de que no todo el mundo vive de este deporte. Lo dejé por los estudios», recuerda Pablo, que cursó Ingeniería Industrial en la Universidad de Vigo. «Al día siguiente de acabar la carrera empecé a trabajar en la consultora Serviguide y más adelante en una empresa de desarrollo de software, Sat Data, donde aprendí mucho», relata. Habla rumano porque estuvo casi cuatro años en esa país trabajando para Martinsa-Fadesa. «Fue una buena experiencia, y después me vine para Euroroca, una empresa de O Porriño del sector de la piedra», recuerda mientras bebe un sorbo de agua.

Un buen chuletón

«Me gusta el tinto de verano con limón, pero intento cuidarme. Si un día me paso hay que hacer más ejercicio. Nunca he hecho dieta y si me pones delante un buen chuletón me lo como. Hago todo el deporte que puedo, es mi válvula de escape. Nado, ando en bici, practico windsurf, hasta me apunté una vez a un ironman», resume. Me habla de Guille y de Javi, sus compañeros de trabajo. «Son los que sacan adelante el negocio». Vamos caminando hacia la playa. «Mera es un paraíso. La bahía tiene un potencial tremendo para los deportes náuticos», sentencia . «Yo soy feliz y quiero que me recuerden como una persona feliz. No soy un optimista empedernido, pero suelo ver el lado positivo de las cosas».