Los arenales amanecieron con pequeños grupos de gente que pasaron la noche sobre la arena para guardar sitio, una imagen muy diferente a la de la medianoche, en plena eclosión «sanjuanera»
24 jun 2019 . Actualizado a las 09:55 h.Las playas se llenaron para festejar el San Juan, pero lo hicieron al ralentí. Hasta que llegó la tarde y el fervor sanjuanero se apoderó de los coruñeses, que como cada año se echaron a las playas para disfrutar de la noche más corta del año.
A primera hora de la mañana del domingo, los arenales de Riazor y Orzán amanecieron con la marea bajando y prácticamente parcelados. Muchos grupos de jóvenes optaron por pasar la noche sobre la arena para asegurarse un trozo de playa en el que disfrutar de una jornada.
Al mediodía, la playa continuaba prácticamente igual. Los grupos de gente eran los mismo, solo que hacían turnos para no perder ese preciado trozo de arena. Donde se concentraba la gente a esa hora era sobre el paseo, que muchos utilizaron para disfrutar de una jornada dominical en la que el tiempo finalmente acompañó.
Sobre las 14.00 horas, la playa parecía más vacía. Algunos jóvenes llevaban ya más de doce horas en los arenales y decidieron irse a casa para comer, descansar y prepararse para disfrutar al máximo del San Juan.
A partir de la 19.00 horas, con el inicio del reparto de la madera para elaborar las hogueras, las playas comenzaron a llenarse de gente. A la marea le quedaba dos horas para llegar a su nivel más alto.
A pesar de que el partido del Dépor congregó a multitud de gente por los bares próximos a las playas, los arenales no se vaciaron y fueron muchos los que optaron por seguir el encuentro a través de su teléfonos móviles, radio y otros dispositivos.
Tras la quema de la falla y la conclusión del espectáculo pirotécnico, las hogueras comenzaron a arder y la playa volvió a presentar su ya tradicional estampa de las concurridas noches de San Juan.