Marta López Luaces: «Durante el franquismo, si molestabas te mandaban al manicomio y punto»

Loreto Silvoso
loreto silvoso A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

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Coruñesa del 64, la autora de «El placer de matar a una madre» vive en Nueva York, donde imparte literatura y género en una universidad

17 jun 2019 . Actualizado a las 09:16 h.

Marta López Luaces (A Coruña, 1964) lleva desde los 16 años lejos de la Torre de Hércules, pero regresa a su tierra siempre que puede. Profesora de estudios de género y literatura española y latinoamericana en la Montclair State University (New Jersey), acaba de publicar El placer de matar a una madre (Ediciones B), una novela sobre los manicomios femeninos durante la dictadura de Franco.

-El título impacta. ¿Qué tipo de mujer mata a su madre?

-Porqué pasa eso tan terrible es parte del hilo que une toda la novela, el querer saber qué tipo de mujer mata a su madre. Si se lo explico, le doy el desenlace.

-¿Por qué decidió que, desde el primer momento de la novela, el lector ya supiese que la protagonista iba a acabar saliendo de ese calvario?

-¡Porque salimos de ese calvario que fue el régimen franquista! Entramos en la democracia y eso es lo que quiero representar con Isabel, la protagonista.

-Está basado en hechos reales.

-Muchos de esos casos están sacados de un gran periodista que se llama Ángel Lera, que escribió sobre la situación de los llamados, en ese momento, manicomios, hospitales psiquiátricos que eran espeluznantes. En algunos casos, eran caserones abandonados que se habían rehabilitado para meter personas que no necesariamente tenían problemas mentales. Ese gran periodista lo recogió todo en Mi viaje alrededor de la locura.

-Los «no aceptados» por el régimen, -pongamos por caso una madre soltera-, eran catalogados como enfermos mentales.

-Exactamente. Durante el franquismo, si molestabas a la sociedad por una u otra razón, te mandaban al manicomio y punto. Si uno era homosexual, por ejemplo, al hospital psiquiátrico.

-¿Cómo completó su trabajo de documentación?

-Leí a Enrique González Duro, que hace una gran investigación sobre la psiquiatría en España y cómo se empleó para borrar todos los elementos incómodos para el régimen. Tiene un gran libro que se llama Los psiquiatras de Franco y cuenta historias que voy sacando para crear la novela.

-¿Se utilizó la psiquiatría para borrar la historia de España?

-Para borrar de la sociedad a cualquiera que tuviera otro tipo de vida que no fuese la moralmente aceptable.

-Hay otra reflexión de fondo que es el relato de lo femenino. Explica cómo la historia de las mujeres la han contado otros.

-Esa es la idea del diálogo que se desarrolla entre Isabel, la protagonista, y el psicólogo. Ella tiene que contar su historia y le cuesta porque, históricamente, las mujeres no han tenido voz para contar su propia historia.

-Usted es experta en feminismo. ¿Hasta qué punto le interesaba que ese retrato estuviera ahí? -Esos últimos años, del 72 al 75, ya se veía venir el cambio, pero las mujeres teníamos una educación y unos recursos que no nos estaban preparando para la democracia, para poder elegir nuestras propias vidas.

-No queríamos creer la historia de nuestro país, narra la novela.

-Si mira lo que pasó con los hijos de las mujeres republicanas, es muy duro. Es mejor no creerlo y no saberlo. Nadie se quiere enfrentar a lo difícil que fueron nuestras propias historias y las historias de nuestro país.

«A las mujeres les estamos diciendo: Si tenéis hijos, os castigamos»

A veces, hacerse pasar por loco te da una opción de supervivencia. A esa diatriba se enfrenta la escritora coruñesa, pero afincada en Nueva York, Marta López Luaces en El placer de matar a una madre, una novela feminista basada en un caso real en la España de 1973.

-¿Le pasó eso a las mujeres protagonistas de su novela?

-Claro, dentro de ese hospital psiquiátrico se vuelven libres. Como están locas, pueden hacer y decir lo que quieran.

-Es profesora de género en New Jersey. ¿Por qué las mujeres ganamos menos que los hombres? Aquí aún no lo tenemos claro.

-Nadie lo tiene claro. Ese es el gran problema. Es el reflejo de una ideología de género. Las ideologías de género , como las ideologías de clase, se filtran por la sociedad y normalizan ciertas actitudes. Y se acepta, sin quererlo tanto hombres como mujeres, que las mujeres ganen menos. Ese es el problema de las ideologías. Que normalizan.

-Pero es una anomalía. ¿Cómo influye el parón del embarazo?

-Eso, en una sociedad moderna, no debería ser un obstáculo. Al contrario, se debería apoyar que las mujeres quisieran tener hijos. De hecho, las están castigando. Si vas a ganar menos por tener hijos, lo que le estamos diciendo a las mujeres como sociedad moderna es, «si tenéis hijos, os castigamos económicamente». Si realmente quieren que las mujeres tengan hijos, la brecha salarial tiene que desaparecer.

-Blanco y en botella.

-Es así. Yo no tengo hijos, pero la gran mayoría de las mujeres quiere tenerlos. Si ven que eso va a provocar que tengan problemas económicos y, a veces, problemas económicos muy serios, la sociedad les está diciendo: «No tengan hijos». Hay una contradicción enorme aquí.

Dos detalles

Su novela es un buen recordatorio de lo que nos tocó vivir: Alterna el relato de ficción con los titulares de la época, «para que el lector vea qué estaba pasando en ese momento».

Vive en Nueva York pero echa de menos Galicia. «Extraño mucho A Coruña, pero, afortunadamente, el año que viene iré. Es una ciudad hermosa. Echo de menos los paisajes, la gente... Tengo tíos y primos. Hermanos ahí ya no».