La dirección del colegio niega castigos a los niños por parte de monitores voluntarios
08 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Varias familias se han quejado, también de manera extraoficial ante la Consellería de Educación, del trato y la atención que reciben sus hijos en el comedor del CEIP de Tarrío, en Culleredo, que es atendido a diario por padres y madres voluntarias. Los afectados aseguran que no hay suficientes monitores, que los niños reciben castigos y amenazas e, incluso, que algún menor tuvo que acudir a un psicólogo por el estrés que le suponía la hora de la comida. Algunas madres cuentan que, al principio, no se creían lo que les contaban sus hijos, «pero cuando te lo dicen un día tras otro...».
Enumeran casi de forma atropellada los hechos sobre lo que supuestamente pasa al mediodía en este centro público: «Este comedor es de locos. No hay ningún tipo de control y en vez de promover el entendimiento y los estímulos positivos, algunas cuidadoras utilizan el castigo para que los niños coman. Los dejan sin recreo, sentados delante del plato, hasta que se lo terminan todo», explica una madre. Otra añade: «El ruido es horrible, hay muy poca vigilancia. A principio de curso a mi hija le pasaban una bayeta por la cara para que terminara de comer. A otros les amenazaban con llevarlos al jefe de estudios si no acaban el plato», dice otra. «Y a un niño lo dejaron con el pantalón meado toda la tarde. Yo sé que hay poco personal, pero los niños deben estar atendidos. No hay monitoras suficientes durante la hora de la comida y tampoco después en el patio», asegura otra. «Una responsable de mesa castigaba a mi hija sin poder beber. Lo descubrí cuando ir al colegio le empezó a generar ansiedad. Y lo tuve que solucionar de forma extraoficial. Pero el problema más gordo son los niños con necesidades especiales. Un colegio no es mejor por negar el bullying o el acoso escolar, sino por solucionarlo», comenta otra.
Padres y madres voluntarias
Desde la Consellería de Educación confirmaron que existen ciertos problemas de organización con los cuidadores que participan en el servicio de comedor: «Neste momento hai 23 persoas para desenvolver ese labor pero, ao parecer, hai días nos que non acoden ao centro todas e algunhas fano sen avisar. Trátase dunha situación que debe solventar o propio centro no consello escolar», indicaron. Desde la Xunta aclararon que el comedor es de gestión directa por parte del colegio, «polo que a figura de coidador desenvólvena nais e pais do alumnado que, a cambio, reciben a propia comida e unha pequena compensación».
La directora del colegio, Ana Liñares, explicó que no tienen constancia de forma oficial de que haya alguna queja por el servicio de comedor y que, a pesar de las dificultades para conseguir padres voluntarios que ejerzan de cuidadores, está «controlado y funcionando adecuadamente». En este sentido, comentó que al ser gestión directa del colegio (uno de los pocos que hay en Galicia) tan solo pueden ser cuidadores voluntarios miembros de la comunidad educativa (padres, profesores...). «Tenemos suficiente número de acuerdo a la ratio que marca la Xunta. Firman un papel conforme a que se trata de una colaboración, es decir, sin relación contractual, y la dificultad es que no se puede organizar como si fueran trabajadores remunerados porque no tenemos con ellos la misma autoridad que con un monitor profesional o con los profesores», indicó. Aclaró que las ausencias de los padres se cubren con profesores voluntarios. «Por lo que la ratio siempre se cumple», insistió, algo que desmienten los padres. Liñares recordó que este curso envió tres circulares pidiendo más voluntarios para comedor.
«Típicos problemas»
En cuanto al trato a los alumnos, Ana Liñares indicó que existen «los típicos problemas de siempre: insistir para que los niños coman o que cumplan el tiempo que hay para ello... Pero no tengo constancia de nada más. En todo caso, los padres saben que ante cualquier incidencia pueden venir al centro».
Por su parte, la concejala de Educación de Culleredo, Carmen Varela, indicó que tampoco conoce estos problemas forma oficial. «Ni de la AMPA, ni en las reuniones del consello escolar. Y, por lo tanto, no tenemos constancia de que funcione mal». Instó a las familias a que planteen sus quejas en las reuniones el consello escolar.