El Teresa Herrera hospitaliza cada año a unos 3.000 pequeños
14 may 2019 . Actualizado a las 10:14 h.«A Martina le va a dar pena irse», comentaba este lunes Beatriz Rilo, la mamá, sobre la estancia en el Hospital Teresa Herrera de su pequeña, de 11 años. Ingresaron en el materno el día 6 y no recibirá el alta hasta el día 20, cuando complete su tratamiento intravenoso contra una bacteria. En este tiempo, la chiquilla «ha hecho pandilla», explica la madre mientras espera a que acabe de disfrutar del cuento musical programado por el grupo de Terapia Ocupacional de la UDC para conmemorar el Día del Niño Hospitalizado.
La actividad participativa, diseñada para compartir emociones y significados a través de la música, es una de las muchas que organiza el materno para que el ingreso se haga menos duro. En el conjunto del Chuac «la primera medida de humanización es que ingrese el menor número de niños posible y que, si lo tienen que hacer, estén el menos tiempo posible», explicó Jerónimo Pardo, jefe de Pediatría. Pese a ese intento, al cabo del año tienen que ser hospitalizados «cerca de 3.000 niños y otros tantos reciben tratamiento ambulatorio en el Hospital de Día», explica, de modo que para ellos se cuenta no solo con una escuela, a la que acuden todos los que pueden levantarse por las mañanas, sino también con un programa de actividades para entretener las tardes en la Ciberaula del hospital y con actuaciones especiales, como la de este lunes.
«El trato del personal es exquisito y los niños están entretenidos», recalcaba Beatriz Rico, para quien «es estupendo que tengan una zona de juegos, porque hacen amigos, después se van de habitación en habitación... el tiempo pasa de otra forma».