Una persona herida en un incendio en un ascensor de la plaza de los Maestros

Alberto Mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

A. M.

Las barreras que pusieron en la zona impidieron a las emergencias llegar al portal

12 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Un incendio en uno de los ascensores del número 31 de la plaza de los Maestros obligó a los vecinos a confinarse en una zona segura del edificio, protegidos por los bomberos que no tardaron en sofocar el fuego, pero sí en ventilar el inmueble para que saliera el humo, que lo inundó todo.

Cuando los bomberos comprobaron que todo se encontraba bajo control, fueron sacando a los residentes. Algunos, los mayores, tuvieron que ser atendidos en las ambulancias que se trasladaron a la zona. El equipo médico decidió finalmente trasladar a una persona al hospital. Su estado es leve.

Cuando todo acabó, los vecinos de la zona no hablaban del incendio, sino de lo que pudo haber ocurrido si el fuego fuera mayor, pues no hay manera humana ni mecánica de retirar las barreras que se instalaron en la plaza de los Maestros para impedir el paso a vehículos, obligando a los tres camiones de bomberos desplazados y a otras tantas ambulancias a trabajar desde la calzada de Juan Flórez, ocupando dos carriles.

Si fuese necesario, según un miembro del equipo contraincendios, «tiraríamos abajo sin dudarlo las señales que impiden el acceso a la plaza. En este caso, al tratarse de un incendio sin mayores consecuencias, optamos por tirar mangueras desde la calle y llevar los equipos a mano».

Manuel Varela es un vecino de la zona que lleva años denunciando la situación y la incomodidad que supone para muchos esas barreras. Cuenta que todos los días una ambulancia recoge a una mujer. La tienen que ir a buscar al portal y trasladarla al vehículo. El problema, según cuentan otros residentes, es que la plaza es privada y el Ayuntamiento les dijo que no podían hacer nada ahí.

Se intentó varias veces, pero la negociación entre la propietaria de la plaza, los vecinos y el Ayuntamiento nunca llegó a buen puerto. Lo único que se llegó a hacer es reparar decenas de baldosas rotas.