El Chuac diseña un pastillero para trasplantados y enfermos cardíacos

R. Domínguez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

R.D.

La Unidad de Insuficiencia Cardíaca Avanzada distribuirá más de 2.000 maletines multidosis dentro de un proyecto de investigación sobre la adherencia al tratamiento

11 may 2019 . Actualizado a las 20:31 h.

Para quien toma, cada día, hasta 30 pastillas distintas para mantener a salvo la segunda oportunidad de un latido, confundirse es algo más que un engorro. No hacerlo es no solo una cuestión de respeto al donante de vida, sino de pura supervivencia. «Ojalá hubiesen inventado esto antes», comentaba Beatriz Ramón, hija y cuidadora principal de uno de los pacientes que se beneficiarán de un invento a la medida de las necesidades de los muchos enfermos polimedicados que sufren insuficiencia cardíaca o están trasplantados. Su padre, José Ramón Méndez, lleva diez años con un corazón de prestado. Fue uno de los que esta semana salió del Chuac con un maletín rojo en la mano. Uno de los más de 2.000 que se distribuirán en los próximos meses.

En la era de los dispensadores informáticos y automatizados, «a veces las cosas más básicas son las más necesarias y útiles». No es ni virtual, ni depende del Internet de las cosas ni tiene sofisticados chips. Es un pastillero multidosis y semanal. Así de simple y así de básico. Ha sido diseñado por la Unidad de Insuficiencia Cardíaca Avanzada y Trasplante Cardíaco del Chuac, que dirige Marisa Crespo Leiro, y es solo la parte más visible, y práctica, del último proyecto de investigación del equipo médico, que, dentro del consorcio europeo CIBER CV, está intentando analizar la adherencia al tratamiento de los enfermos y comprobar hasta qué punto contar con una fórmula de organización de tan amplio arsenal terapéutico mejora el cumplimiento de la prescripción y, por tanto, reduce las complicaciones de no tomarse las medicinas. Para un trasplantado son múltiples, variadas y muy importantes. Para quien sufre insuficiencia cardíaca, no seguir el tratamiento correctamente hace que la enfermedad avance más rápido hacia un trasplante, cuando es posible, como única alternativa. 

CHUAC 
Pastillero multidosis semanal
CHUAC Pastillero multidosis semanal R.D.

La dosis y a la hora exacta

«Deben tomar el fármaco correcto, a la dosis exacta y a la hora indicada», subraya la responsable del equipo sobre la pauta terapéutica, individualizada para cada paciente trasplantado pero que, en la inmensa mayoría de los casos, incluye hasta cinco tomas en diferentes momentos del día.

«Tomar el tratamiento correctamente te ayudará a vivir más y mejor», insiste la cardióloga en la charla de presentación. Lo sabe bien, por ejemplo, José Lamas, que lleva 24 años trasplantado. Es de Lestedo, Boqueixón, y cuando tenía 36 años la bomba no dio para más. La médica lo recuerda bien. Y el paciente también.: «¡Cómo no, era el más repugnante de todos!», bromea este hombre que hoy asegura encontrarse «muy bien» .

Silvia Veiga, terapeuta ocupacional, es la que se encarga de explicar el manejo del nuevo instrumento, un proyecto en el que se han implicado, insiste Crespo, todos los miembros de su equipo, desde el personal administrativo que se encarga de citar a los enfermos, hasta la enfermería, esencial en las consultas, y el equipo médico.

Del prototipo, inicialmente diseñado con apoyo del Colegio de Médicos de A Coruña, se distribuirán dos millares de unidades (rojas para los trasplantados y verdes para los pacientes con insuficiencia cardíaca) aprovechando las consultas regulares a las que acuden. Ellos responderán a los diferentes cuestionarios validados: uno, previamente, para conocer la problemática que tienen para cumplir el tratamiento, y al menos otro pasado el período de prueba con el nuevo pastillero para comprobar los cambios en el seguimiento.

Tres tipos distintos de fármacos, 30 píldoras y hasta cinco tomas diarias

La ligereza o poco peso, su facilidad de transporte y la sencillez en la preparación de la medicación para toda la semana son algunas de la características del pastillero, cuyo objetivo principal es «evitar errores y olvidos», insiste Marisa Crespo. Dos años lleva su equipo trabajando en este aparentemente sencillo instrumento para los polimedicados, un maletín con hasta 35 pequeños vasos para cada toma de la semana. «Si salen a comer el domingo, con coger el vasito que le toca ya está», explica la impulsora de una iniciativa que «tenía que ser amigable y fácil de usar», describe.

En la presentación del proyecto, los comentarios de los pacientes aludían precisamente a la vertiente práctica cuando se manejan tantas píldoras: «A medida que se hace mayor, le cuesta más», comentaba Beatriz Ramón sobre su padre, ahora con 78 años. Ellos no faltaron a la cita, aún a pesar de tener que desplazarse desde Valmiñor. Tampoco falló el ourensano Fernando Dorado, cuyo corazón ahora «trabaja como una máquina», ni Luis Fernández Sendín, que en octubre hará 13 años que estrenó un nuevo latido. Todos comparten la experiencia de esperar la aparición de un donante para volver a la vida, y ahora tienen en común una polimedicación que incluye al menos tres tipos de fármacos: los inmunosupresores para evitar el rechazo al órgano, los destinados a evitar los efectos que les provocan estos medicamentos y las medicinas que necesitan por sus otras enfermedades, que también las tienen. Ante ese panorama, Antonio Lourido, maletín en mano, bromeaba: «¡Estamos listos para el colegio: deberes no nos faltan!».