Teresa Martínez: «No es fácil asumir que, cuando aparece, la diabetes se queda para siempre»

R. Domínguez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

EDUARDO PEREZ

La especialista reúne este sábado a expertos internacionales en el foro Diabetes Evolution

08 may 2019 . Actualizado a las 16:15 h.

Teresa Martínez, jefa de los endocrinos del Chuac, organiza este sábado en el hotel Attica el tercer encuentro Diabetes Evolution, un foro de especialistas y afectados sobre el tipo I de la enfermedad.

-La OMS alerta del incremento de la obesidad infantil. ¿Está relacionada con la diabetes tipo I?

-No. Puede haber algún niño obeso que termine desarrollando diabetes, pero no es esta. La que conocemos como tipo I, la infantil, es un proceso autoinmune. El páncreas, que produce la insulina, es agredido por el propio organismo. Generalmente aparece en los niños, pero puede hacerlo a cualquier edad. Y una vez que aparece, se queda para siempre. Y no es fácil asumirlo para nadie. En el foro un psicólogo experto nos hablará de los momentos difíciles. Es complicado aceptar convivir con una enfermedad crónica. Pasas de estar bien a tener que aceptar un montón de cosas. Para un adolescente todavía más, pero también para los adultos, porque a veces deciden ignorarla y eso trae muchos problemas. Dicen que les da igual, pero en el fondo se mueren de miedo.

-¿Es muy frecuente?

-No tenemos estudios de Galicia. Se calcula que afecta a cinco de cada mil personas en la población general. Pero cada vez hay más. No sabemos qué desencadena ese proceso autoinmune, pero sí que cada vez debutan más niños, jóvenes y adultos. En nuestro servicio atendemos a unos 1.200 enfermos de diabetes tipo I.

-¿Cuáles son las complicaciones más relevantes?

-Son complicaciones agudas, por descompensaciones severas que obligan al ingreso. Si la glucosa sube, se produce la cetoacidosis diabética. Y tenemos otro problema creciente, las hipoglucemias. Luchamos contra ellas con las nuevas tecnologías.

-¿Por ejemplo?

-Tenemos sensores de glucosa, aparatos que la miden continuamente. No solo te permiten saber cuándo está alta o baja en momentos como la noche, que es lo que más miedo da a los papás, sino que avisan con alarmas de que se va a llegar a un nivel peligroso. El Sergas acaba de aceptar uno para los niños y para las mujeres embarazadas. Otra tecnología son las bombas de insulina, que la administran de forma continuada con un ajuste preciso. Y el tercer elemento son los sistemas integrados, que unen la bomba con el sensor, de modo que se para insulina si detecta que va a producirse una hipoglucemia. Nuestro hospital, que es de los más evolucionados en esto, tiene uno de los más avanzados, que también controla las subidas de glucosa. La unión de la bomba con el sensor es la evolución hacia lo que será el páncreas artificial.

-¿Se están utilizando?

-Tenemos ya unos 200 pacientes con bombas de insulina y la mitad con sistemas integrados. Los estamos utilizando en los casos más complicados y cada vez la demanda es mayor porque les cambia radicalmente la vida, y de manera espectacular: de vivir con la angustia de la diabetes a poder dormir con tranquilidad.