Simona enseña a traer niños al mundo

R. Domínguez A CORUÑA /LA VOZ

A CORUÑA

ANGEL MANSO

Aunque de plástico, tiene contracciones y se queja. Es el maniquí animado del Centro Tecnolóxico de Formación del Chuac. Con ella aprenden partos médicos de toda España

17 abr 2019 . Actualizado a las 00:20 h.

A fuerza de cogerlo entre las manos, decidieron bautizarlo. Le pusieron Simón. Aunque se trate de un muñeco, no es cualquier muñeco. Como tampoco su madre, de idéntica plástica condición y de nombre Simona. «Son simuladores de alta fidelidad: ella habla, se queja, sangra, convulsiona...», explica Esther Canedo, ginecóloga del Teresa Herrera y una de las profesoras de los cursos de emergencias obstétricas que, dirigidos por la jefa de su servicio, Belén Viñas, se desarrollan en el Centro Tecnolóxico del Chuac contando con Miguel Álvarez, Clara Gagino, Cristina Casals, Ana Pereda, Ruth Llano y Cristina Freire como docentes.

«Llevamos ya varias ediciones y han pasado por aquí más de 300 ginecólogos de toda España y Portugal», indica Canedo sobre un curso para el que «no damos abasto, tenemos mucha demanda», recalca. «Viene gente muy joven, pero también profesionales con mucha experiencia porque en esto hay que estar al día y no dejar de practicar».

¿Por qué tanto interés y tanta necesidad de entrenar? Hay razones varias. «Generalmente los ginecólogos quedan contentos, y el boca a boca funciona, lo van recomendando», explica la doctora sobre el éxito del programa. Destaca además las ventajas de contar con Simona y Simón, simuladores avanzados para practicar las urgencias reales que se pueden dar en un parto. Porque se trata de un curso eminentemente práctico en el que los alumnos, todos especialistas, ensayan una y otra vez respuestas rápidas a situaciones que, si bien no son frecuentes, cuando se presentan han de resolverse en minutos. A riesgo de perder al recién nacido, o incluso a su madre.

«Hacemos talleres de simulación», indica la docente. Así , los ginecólogos se adiestran para atender partos de nalgas, instrumentalizados o casos, que, aunque infrecuentes, cuando suceden «es de las peores cosas que te pueden pasar». Como la distocia de hombros. «Es imprevisible: nace la cabeza del bebé, pero los hombros se atascan. No puedes hacer una cesárea, pero tienes solo unos minutos para solucionarlo», describe. Qué hacer, cómo girar al bebé y sacarlo sano y salvo a la vida, es, en definitiva, la enseñanza.

Diez minutos para salvar al bebé

Repetir ejercicios simulados en un entorno en el que los alumnos se ponen en situación -«lo pasan mal», afirma la profesora-, como si estuvieran ante una urgencia real, una hemorragia masiva o una distocia de hombros, facilita adquirir la pericia necesaria para cuando la realidad se impone. «En la inmensa mayoría de los partos no hay complicaciones, pero cuando tienes una suele ser muy grave. Y encima tienes dos pacientes», resume. En estos casos tan comprometidos, «a veces tienes diez minutos para salvar al bebé; has de tener muy aprendido qué debes hacer».