Solo uno de los tres proyectos en los que se divide la obra de Alfonso Molina está terminado

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

EDUARDO PEREZ

Hace tres años que se pactaron los últimos cambios de un plan que apenas ha avanzado desde entonces

07 nov 2019 . Actualizado a las 08:21 h.

La ampliación de Alfonso Molina es uno de esos proyectos que no por mucho hablar de ellos acaben de concretarse. Hace cerca de dos decenios que en la ciudad se entiende que esa obra es algo urgente para desatascar una arteria saturada. Hubo anuncios varios desde que arrancó el actual milenio, y en el 2014 se presentó el que iba a ser el definitivo, proyecto incluido. Aquella obra tenía una importante ventaja, la pagaba Audasa -como hizo en Rande y Santiago- como parte del acuerdo, del 2004, que le permitía subir los peajes a cambio de ejecutar determinadas obras. Hoy no se sabe ni quién lo pagará ni hay fecha para que empiece una obra teóricamente paralela a las de Vigo y Santiago. Allí ya terminaron hace tiempo.

Cómo está el proyecto

Listo uno de tres. La última decisión en torno a la ampliación de Alfonso Molina fue dividir el proyecto en tres partes. La única que está lista es la más sencilla y la más económica, la de la pasarela peatonal de Pedralonga. Se sabe que costará 700.000 euros pero no cuándo arrancarán las obras. Carreteras «está finalizando la redacción del proyecto de remodelación e integración de la avenida», indican desde el Gobierno. Esa es la parte principal de la obra y costará 14 millones de euros, que se invertirán en cambiar 2,5 kilómetros de trazado. Es decir, el proyecto principal casi está, algo que también dijeron anteriores gobiernos. De hecho, casi está desde julio del 2016, cuando la entonces ministra Ana Pastor acordó con el gobierno local coruñés los cambios que este quería hacer, los mismos que dieron al traste con el primer plan, porque la Marea quería humanizar, decían, esa vía. Se aceptaron algunas propuestas, pero nunca más se supo y tres años después las cosas siguen igual, casi, peor sin fecha. Una tercera parte, la integración ambiental, que costará 4,4 millones de euros, está en fase de redacción, también sin fecha. En total, 19,1 millones de euros, más impuestos, de inversión que sigue en el aire. 

Por qué el retraso

Así no vale. Una de las causas del retraso en esas obras fue la decisión de la Marea de no aceptar el plan que había. Los planos finalmente cambiaron. Se sumaron sendas peatonales, una nueva pasarela y carril bici, pero no entraron otras propuestas de las encargadas por el gobierno local al arquitecto Iago Carro. No está previsto que se construyan pasos subterráneos para anfibios ni otras propuestas en aquel documento recogidas como la limitación de los carteles publicitarios a los lados de la avenida o la conservación de solares abandonados como ecosistemas de peculiar fauna. 

Cuándo se hará

La gran incógnita. Los cerca de 20 millones de la obra no acaban de aparecer en ningún presupuesto. Audasa lo iba a pagar, pero es posible que finalmente tenga que asumir Fomento ese importe. No hay un horizonte temporal a la vista para ver entrar las máquinas, como tampoco lo hay para la ampliación del puente de A Pasaxe, otra obra de 25 millones que sigue pasando trámites previos -ahora el ambiental- pero que seguramente tardará todavía años en materializarse. El futuro de esas inversiones lo decidirá el Gobierno que salga de las próximos elecciones generales.