El Ayuntamiento solo reubicó a 16 chabolistas desde el 2016, cuando preveía 20 al año
24 mar 2019 . Actualizado a las 22:35 h.Era por todo el mundo sabido que la eliminación del poblado chabolista de A Pasaxe y el realojo de las familias no iba a ser nada fácil. Se intentó por primera vez en 1990 y desde entonces no se ha hecho otra cosa en la zona que impulsar proyectos para borrar del mapa el último asentamiento que queda en la ciudad. Todos fracasaron. En el 2016, tras la llegada de la Marea a María Pita, el gobierno local presentó una iniciativa de eliminación del chabolismo en la que fijaba como objetivo realojar a 20 familias cada año. Pero en los tres años que tiene de vida el plan, lo han logrado con 16. Y para eso, alguna ha vuelto al poblado y otras piensan hacerlo pronto. No se acostumbran a los pisos, dicen unos. El dinero de las ayudas no llega, denuncian otros. Además, los que se dedican a la chatarra, que es la inmensa mayoría, recuerdan que en una vivienda no se puede trabajar el hierro y el aluminio, por lo que se ven «obligados» a permanecer en el poblado.
En el 2016, cuando se presentó el Plan de Acceso ao Hábitat Digno, sus responsables estimaban que serían «entre 20 e 30 familias coas que sería posible traballar cada ano para a consecución dunha alternativa habitacional, e polo tanto, causar baixa no plan. Considerando que se poda comezar a traballar no ano 2016, estaríase a falar entón de entre tres e seis anos de duración mínima do plan».
Aquellas estimaciones iniciales se torcieron nada más comenzar a trabajar. Ya desde el principio surgieron problemas, pues no todos los chabolistas contaban con ingresos fijos, condición para poder ser realojados. Otros se mostraron contrarios a abandonar el lugar, lo que llevó al concejal de Rexeneración Urbana e Dereito á Vivenda, Xiao Varela, a acusar a algunos chabolistas de no colaborar lo suficiente.
De hecho, de las 16 familias realojadas, hubo alguna que regresó al asentamiento a las pocas semanas. Eso sí, cuando lo hizo se encontró con su chabola destruida, pues el Ayuntamiento procede a la destrucción de los chamizos en cuanto se van sus moradores. Por tanto, la familia que regresó está ahora viviendo en una furgoneta. «Lo que no puede ser es que tengamos que pagar los gastos de la casa cuando los ingresos que tenemos son muy pobres», apuntaba ayer Javier, uno de los que espera a ser realojado. Denuncian que los recibos del agua, la luz, la basura y el 20% del alquiler ?el 80 % restante lo pone el Ayuntamiento durante 5 años? les obliga a escoger entre pagar o comer.
Hay otro asunto del que se vienen quejando los chabolistas en los últimos meses. Dicen que el Ayuntamiento «amenaza» con retirarles la risga (Renta de Inclusión Social de Galicia) en caso de que no acepten las condiciones del realojamiento. De hecho, alguno se quedó sin ella, como Ricardo, que no tiene ingreso alguno más allá «de lo poco que saco con la chatarra».
El principal problema radica en que una gran parte del poblado subsiste con la recogida de chatarra. Eso les obliga a tener un espacio para separarla y limpiarla, algo que en un piso es imposible, de ahí que muchos solicitaran una casa con una pequeña finca. Como el caso de Antonio, que terminó cediendo y aceptando irse a una vivienda en el barrio de Eirís.
Desde enero, los chabolistas que quedan en el poblado contrataron a dos abogados que serán los que a partir de ahora medien con el Ayuntamiento para el realojo.
El gobierno local les subvenciona el 80% del alquiler durante los 5 primeros años
Si ya fue difícil reubicar a 16 familias, lo será más con algunas de las que todavía quedan. El problema es que la gran mayoría que queda por reubicar no tienen nada que acredite que todos los meses entra dinero en casa. Viven al día. Otros, ni siquiera están censados. A estos, el Ayuntamiento ya les adelantó que se tenían que buscar la vida fuera del asentamiento.
¿Dónde viven los realojados?
En distintos barrios de la ciudad, como los Castros, Eirís, Monelos o Novo Mesoiro. También en municipios del área metropolitana, como Oleiros.
¿Qué requisitos exige el Ayuntamiento?
Tener unos ingresos fijos todos los meses, ya sea por trabajo por cuenta ajena o por recibir una paga, la inmensa mayoría la risga.
Una vez realojados, los beneficiarios de las ayudas tienen la obligación de acudir a cursos de convivencia o laborales. Así como tener un buen comportamiento en el nuevo destino. De no cumplir esas exigencias, se les suspenderá la subvención.
¿En qué consiste la ayuda?
Durante los primeros 5 años, los realojados reciben del Ayuntamiento el 80% de la renta por el alquiler. Los gastos de agua, luz o gas corren a cuenta de las familias, que han de acudir a cursos de adaptación y, en algunos casos, laborales.