La gerente del Marineda City: «Mi edad siempre es un tema recurrente, cuando no sucede eso con los hombres»

A CORUÑA

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EDUARDO PEREZ

Son profesionales y directivas unidas por las dificultades que tuvieron para despegar en un mundo de hombres

09 mar 2019 . Actualizado a las 23:53 h.

A la hora de las presentaciones, lo dejan claro: «Enfatizamos el apellido de nuestras madres, de las que estamos muy orgullosas». Ana, Belén, Laura y Analía vienen de sectores muy diferentes, pero tienen mucho en común. «Se atribuye mayor nivel cultural a mi rama, pero la siguen dominando hombres», aclara Laura Rodríguez Herrera. Es la responsable de Hércules Ediciones. El resto la secundan. Su diagnóstico es el mismo.

El día de la mujer es una excusa para reunirlas en A Coruña. El lugar elegido no podía ser otro, la escultura dedicada a Emilia Pardo Bazán en los jardines de los Cantones. Las cuatro inspiran la más necesaria de las conferencias sobre la igualdad. «He estado en reuniones en las que he sido la única mujer. Siento que la barrera se rompe cuando en un encuentro profesional no estoy pensando en si somos mujeres u hombres. Muchas veces, cuesta imponer tu opinión. Tenemos que tener seguridad en lo que decimos, creérnoslo», subraya Analía López Fidalgo, ingeniera en Telecomunicaciones y directora de área del Instituto Tecnológico de Galicia.

De las mujeres se habla de nuestra vida personal. Mi edad es un tema recurrente

Temas «de mujeres»

«Tienes que hacer más ruido para que te escuchen, pero sin pasarte, porque si no eres problemática», añade Laura. «Saqué el carné a la primera y fui de las primeras conductoras en mi compañía. Hay avances, pero falta mucho por conseguir. Me acuerdo de cómo al principio me miraban raro al verme al volante», sonríe Belén Mosquera Roel, conductora de autobús en la compañía Arriva Galicia. 

«Me hace gracia cuando a veces me dicen que miramos las cosas desde otra perspectiva. ¡Claro!, la de una mujer, es que soy una mujer», enfatiza Laura Rodríguez Herrera. «Cuando los hombres habla es de algo que interesa a todos. Cuando lo hace una mujer sigue siendo de cosas que solo nos interesan a nosotras. No se nos escucha», desliza Ana López. 

Feminazis

«‘Llamar a las mujeres feminazis es lo más cercano al delito que hay. Alguien, por meterse con Dios, puede ser condenado’. No lo digo yo, ¡sino el taxista que me trajo!», exclama Ana López Rodríguez. Es la gerente del mayor centro comercial de Galicia, donde trabajan 4.500 personas. El 75 % son mujeres, «y el 60 % de las que mandan, también», remarca. «Me crie en Euskadi, ir contra todo entonces era ser aberzale. Ahora, hablar de feminazis", lamenta Analía. «A la palabra feminismo se le ha puesto una etiqueta de 'sospecha'», asiente Laura. «Solo pide igualdad social, democracia», completa la responsable del Marineda. 

«De las mujeres se habla de nuestra vida personal, de nuestra edad. La mía es un tema de conversación común en el trabajo. ¡A mi edad hay quien me sigue llamando Anita! De la igualdad legal a la real hay un abismo brutal. Hay que seguir tirando del carro, es una responsabilidad de países como el nuestro respecto a aquellos donde la situación de las mujeres está todavía como hace décadas, sino siglos», destaca Ana. Hasta que esa diferencia se diluya, quedan muchos 8 de marzo por delante.

mujeres.Ellas son Laura Rodríguez Herrera (Hércules Ediciones), Analía López Fidalgo (Instituto Tecnológico de Galicia), Ana López Rodríguez (Marineda City) y la conductora de autobús Belén Mosquera Roel (Arriva Galicia).
Ellas son Laura Rodríguez Herrera (Hércules Ediciones), Analía López Fidalgo (Instituto Tecnológico de Galicia), Ana López Rodríguez (Marineda City) y la conductora de autobús Belén Mosquera Roel (Arriva Galicia). EDUARDO PEREZ

Las profesionales alertan de una «regresión» en todos los ámbitos

En las letras, las ciencias, el mundo empresarial o el de los transportes. Los techos de cristal siguen ahí. «Las cuotas son necesarias. No tienen que llegar solo las supercampeonas a un puesto directivo. Hay muchos hombres mediocres en ellos. ¿Por qué siempre tenemos que ser excelentes?», reprocha la editora de Hércules Ediciones. Ser mujer y joven llenó su camino de trabas. «Tienes que demostrar, de todo, el doble», admite. «Llevamos siglos en la sombra. Todavía nos cuesta dar un paso al frente», alega la gerente del Marineda. «No se trata de enfrentar a nuestros hijos, como dice Pablo Casado, sino de comprendernos», razona Laura Rodríguez.

Se atribuye mayor nivel cultural a mi sector, pero lo siguen dominando hombres

«Regalo» a los maridos

«La imagen de la mujer trabajando en casa y él sentado en el sofá está en todos los hogares de este país. Son sutilezas que pesan. Ellas son las que cogen las bajas de maternidad. A la hora de jubilarse, necesitarán tres años más para tener la misma pensión. Les regalan ese sacrificio a sus maridos, no a sus hijos», reivindica Ana López.

«La educación debe ser la base. Hay una regresión a todos los niveles, también en las carreras tecnológicas. Apenas me llegan currículos de chicas», alerta Analía. «Yo tal vez tuve la suerte de que desde me pequeña vi como era mi madre la que arreglaba las cosas en casa, la que reparaba todos los aparatos. Para tener una sociedad plural tenemos que tener mujeres en todos los ámbitos laborales», defiende la ingeniera y directiva del Instituto Tecnológico de GaliciaEn esta misma línea de muestra Ana López: «Hemos vuelto hacia atrás de una manera escandalosa, los mensajes que reciben las niñas son de hace 200 años»