«Las chicas somos las que damos marcha a las comparsas de carnaval»

Loreto Silvoso
loreto silvoso A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

ANGEL MANSO

En su bar de la calle Santo Tomás se celebra el velatorio de la sardina

03 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Las comparsas de carnaval también son cosa de mujeres. En una de las más veteranas de la ciudad, Monte Alto a 100, ya son 7 chicas de 32 miembros. Desde hace tres entierros de la sardina, estas comparseiras dinamizan las calles con los ferretes que firma el gran Plácido Ínsua. Una de ellas es Vanessa Pier (A Coruña, 1978) en cuyo bar de la calle Santo Tomás, el Art T Café, se vela cada año a la difunta sardina antes de que se la devuelva al mar.

-Una cuarta parte de la comparsa son chicas. ¿Van a por más?

-Más chicas vendrían bien, pero, de momento, no se han animado. Conste que, en A Coruña, hay más mujeres metidas en comparsas de lo que parece.

-Monte Alto a 100 fue una de las últimas en incorporar mujeres.

-Eso mejor que se lo explique Rogelio. [Y sale de la barra, comiendo un pincho de chorizo de León, Rogelio Prieto, figura mítica del entroido coruñés] «Hubo una mala experiencia previa», dice. «Había una o dos mujeres, que eran las mujeres de algún comparsista, pero creo que armaron mucho follón y decidieron eliminarlas».]

-¡Pero si esta fiesta va de armar follón, precisamente!

-Sí, ja, ja. De hecho, ahora somos las chicas las que damos marcha a las comparsas de carnaval. Nosotras vamos bailando por la calle y montando fiesta. [Llega Luis Valverde, unos de los fundadores de Monte Alto a 100 y añade: «Piense que casi todos los de la comparsa están ya jubilados y ellas son más jóvenes. Cuando vamos con el organillo, las que más ritmo tienen son las chavalas»].

-Lo suyo, aparte del maquinillo, es más de pullas cruzadas.

-Y de retranca y de chirigota. Hay otras comparsas donde prima más la batukada, como los Kilomberos, pero lo nuestro es eso.

-¿Para ser comparseira hay que tener algo especial? No sé, ¿enseñar el carné de choqueira, cantar bien, que te guste la fiesta...?

-¡Que te guste la fiesta! [Risas] Yo canto desde pequeña y choqueira siempre he sido. Aunque había dejado de disfrazarme, antes lo hacía todos los años. ¡Y de cuatro o cinco cosas cada entroido! Pero de choqueira, eh. Mi familia es de aquí del barrio e íbamos todos juntos por la Torre.

-De hecho, su madre, Olga Obelleiro, regenta el Art T Café, que acoge los velatorios de la sardina.

-Sí, antes se hacía en el bar Pardillo, pero se quedaba pequeño.

-Me imagino que se quedarán llorándola toda la noche. ¿Cuántas horas está durmiendo?

-Pues tres horitas solo, pero me da igual, ja, ja...

-¿Qué sería del carnaval sin Os Maracos, Monte Alto a 100 y las demás comparsas?

-Sería mucho más aburrido. Las comparsas damos mucha vidilla.

[Se asoma de nuevo Abelleira y dice: «Pues sería como en los años cincuenta, cuando aún bajaba el Tranvía. Todo el mundo a disfrazarse de choqueiro y a andar por la calle de la Torre».]

-Este año han quedado terceros en el concurso.

-Sí, fue muy divertido. Tendría que ver el buen rollo que hay entre todas las comparsas. No es competitividad. Solo hay muchas ganas de pasarlo bien.

-¿Cómo hacen para no chocar por la Torre? ¿Se reparten la acera?

-No, respetamos el espacio de cada una. Así verá que, más o menos, en cada zona de la calle hay una comparsa parada.

Su otra profesión: Su frase: «

Su otra profesión: Además de comparseira de Monte Alto a 100, Vanessa Pier se dedica profesionalmente a la fotografía. Está especializada en modelos curvy. Próximamente, inaugurará una exposición con los bailarines del Centro Coreográfico Galego como protagonistas.

Su frase: «Si te gusta cantar y pasártelo bien, las comparsas son el sitio perfecto para estar».

«Monte Alto a 100 no va a morir nunca. Hay relevo generacional»

Vanessa Pier, con siete tatuajes a bordo y más de filloas que de orejas, es una de las pocas comparseiras de Monte Alto a 100. Hoy está feliz con su disfraz de corsaria, que le ha hecho Fiorina, la modista de la calle Rubine.

-En realidad usted iba para…

-Yo quería ser profesora de Lengua y Literatura. O cantante. Empecé a cantar en corales a los cinco años.

-¿Cómo se siente desde que es ‘comparseira’?

-Completa. No me siento entre abuelos, me siento entre amigos. Todos son increíbles, te arropan.

-¿Cuál es el mejor momento del entroido?

-Cuando ves que la gente de la ciudad se entrega, baila contigo y se ríe contigo. El día del desfile me encanta porque ves un montón de disfraces diferentes y conoces muchísima gente. Realmente lo disfruto todo.

-Y no es solo andar de carallada.

-No, también vamos a los geriátricos y cantamos con las personas mayores. Este año estamos en Padre Rubinos y en la Torrente Ballester. También vamos a visitar los mercados, que es una de mis cosas favoritas. Las placeras tienen una marcha fuera de serie.

-¿Y esto va a más o se apaga?

-Creo que el carnaval coruñés no se apagó nunca, pero se está volviendo a poner de moda.

-¿El relevo generacional está garantizado?

-Sí, parece que algo se empieza a mover. Creo que Monte Alto a 100 no va a morir nunca. Hay relevo generacional. Ya tenemos incluso niños dentro. Mi hijo de 11 años el primero. El mundo de las comparsas va a seguir. Cada vez hay más gente joven disfrutando del carnaval. Antes creo que era una cosa más de los mayores y los niños y en el medio había un hueco. En cambio, ahora ves a todo el mundo.