En el Centro de Formación Profesional Paseo das Pontes se gradúan cada año más de 400 alumnos
24 feb 2019 . Actualizado a las 22:52 h.Hace años que la hostelería dejó de ser un oficio que se adquiría, solo, con la experiencia. La profesión se institucionalizó y surgieron varios centros. Beatriz Crujeiras dirige el departamento de Hostelería del CEIP Paseo das Pontes.
-¿La hostelería es una rama en auge?
-Sí, desde hace unos años. Hay lista de espera para acceder a los ciclos de cocina. Hay alumnos de todos los niveles. Desde el que tiene solo los estudios obligatorios al universitario que quiere reinsertarse en el mundo laboral al ver aquí posibilidades.
-¿Hay mucho alumno rebotado?
-La demanda de este tipo de formación está muy ligada a la inestabilidad laboral, pero este también debe de ser un trabajo muy pasional. No es fácil trabajar en hostelería. Menos aún si no te gusta.
-¿Qué formación imparten?
-Tenemos tres ramas profesionales. Textil, Industria Alimentaria y Hostelería. La mitad de los 900 alumnos que tenemos están en esta última, en la hostelería. Tenemos ciclos medios y superiores de cocina y servicios de restauración. También impartimos formación en panadería y de hecho el próximo curso inauguramos el ciclo medio de Panadería, Repostería y Confitería. La profesionalización se está extiendo a todas las áreas.
-¿Los empresarios llaman a su puerta cuando necesitan personal?
-Tenemos una bolsa de trabajo y la llamada de empresarios es continua. No conseguimos cubrir la demanda de cocineros y camareros que hay en las empresas. Especialmente, de personal de cocina. Las hosteleros quieren cada vez a gente más preparada.
-¿La cifra de locales en la ciudad es la única razón para justificar esta continua demanda de trabajadores?
-Hay muchos locales y también mucha rotación de personal. Ahí está el problema. En la contratación. Los empleados aguantan pocas temporadas y, cuando tienen una familia y se estabilizan, no quieren continuar trabajando en la hostelería con jornadas interminables.
-En hostelería se trabaja mientras la mayoría disfruta...
-Y, además, entre los empresarios está instalada la idea de que en la hostelería no hay horarios. Es necesario trabajar muchas horas para que el negocio sea rentable, cuando no es así y vemos como muchos de esos restaurantes o bares incrementan su número de mesas. Es algo cultural que cuesta erradicar. Se está avanzando, pero no lo suficiente.
-¿Qué alternativas proponen?
-Queremos fomentar el asociacionismo. Abrir un negocio propio puede no ser factible para un alumno cuando terminar la formación. Pero sí para un grupo de cinco. Es una fórmula que funciona en muchos países de Europa pero que aquí está poco arraigada cuando es fuera de la familia. Por miedo y falta de información. Por eso, hemos puesto en marcha un simulacro de empresa entre los alumnos. ¡Y funciona!
La idea de que en la hostelería no hay horarios está instalada
