El denunciante del edificio de Fernando Macías, Valentín Souto, dice que se merece la indemnización

La Voz A CORUÑA

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MARCOS MÍGUEZ

El inmueble no será derribado a cambio de una serie de condiciones, como el pago de una indemnización de 2.975.000 euros o la creación de una oficina de buenas prácticas urbanísticas. Los vecinos se muestran satisfechos «tras 21 años de sufrimiento»

09 feb 2019 . Actualizado a las 22:05 h.

«Soy un arquitecto vocacional. Hay quien pueda llegar a pensar que soy un tipo raro. Hay quien me pregunta si no soy consciente del perjuicio que estoy causando a los propietarios del edificio. Yo les contesto con otra pregunta: ¿Estamos obligados a vivir en una oligarquía donde los poderosos hacen y deshacen?». Estas palabras fueron pronunciadas por el denunciante, el arquitecto Valentín Souto, en octubre del 2017 en un encuentro público con políticos y vecinos de edificio. Cuando sobre el inmueble pesaba la orden de derribo. Ahora, en cambio, acepta que el edificio siga como está a cambio de una serie de condiciones, como el pago de una indemnización de 2.975.000 euros. O la creación de una oficina de buenas prácticas urbanísticas y la construcción de un edificio de promoción pública.

El denunciante, que ayer declinó hacer declaraciones a La Voz, más allá de precisar que la indemnización se la «merece» por los gastos judiciales que le supuso el litigio y el daño moral causado, dedicó «un tercio» de su vida «a parar una injusticia».

En aquel foro celebrado en el Casino, recordó cómo y por qué empezó todo. «Concurrí con unos amigos para hacernos con la obra. Pasé noches sin dormir preparando el proyecto para entregarlo en plazo, ajustado a las normas establecidas. Y de pronto me entero por el periódico que el Ayuntamiento le dio la licencia a Fadesa. Me sorprendió tanta celeridad y no vi publicación ni estudio de detalle alguno. Así que fui a María Pita y pedí el expediente. Era deleznable. Se le añadieron 2.473 metros de más. Era una malversación de la normativa que les reportó un beneficio inmediato de 430 millones de pesetas. Mientras que los que hicimos las propuestas nos mantuvimos fieles a las normas, ellos nada. Me sentí indignado y presente demanda». Así comenzó todo.