Los adolescentes solos: «Hay cientos de jóvenes gallegos que no se pueden permitir el lujo de estar en el paro»

A CORUÑA

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SANDRA ALONSO

Unos cien chavales conviven en pisos tutelados donde aprenden a valerse por sí mismos ante la falta de una red familiar

06 feb 2019 . Actualizado a las 10:34 h.

Cuando se habla de soledad pocas veces se piensa en la que afecta a los adolescentes. En Galicia, un centenar de chavales conviven en pisos tutelados tras perder sus progenitores la custodia. Son una pequeña parte de los 3.000 menores de 21 años que están solos en la comunidad, sin una red familiar que los proteja. La asociación Alía Network organiza la charla que imparte este miércoles en A Coruña Carlos Rosón, el director de Igaxes, la oenegé que gestiona estas viviendas «institucionalizadas». 

-El título de su ponencia es 'Ningún joven sin futuro'. ¿Qué les espera a estos adolescentes?

-Su futuro, y su presente, no es nada fácil. Están solos. Cuando la edad media de emancipación en España está en los 29 o 30 años, ellos, con muchos menos, tienen que valerse por sí mismos.

-¿Cómo son los pisos tutelados?

-Son pisos donde conviven ocho chicos y chicas con un equipo educativo. Las llamamos viviendas de autonomía porque ellos son los responsables del mantenimiento. Realizan asambleas semanales para repartiste las tareas, como la limpieza, por ejemplo.

-¿Tienen pisos en toda Galicia?

-Sí, aquí en A Coruña también tenemos uno.

-¿Qué proporcionan, además de un techo?

-Un hogar, pero de transición, tiene fecha de caducidad. Hasta los 21 años. Por eso, nuestros esfuerzos se centran en que aprendan a subsistir. Tienen que armar su proyecto vital cuando son todavía unos críos.

-En un mundo que no es fácil...

-Y que tiene una alta temporalidad y sueldos muy bajos. Es vital el compromiso de los empresarios que los emplean.

Proporcionamos un hogar, pero tiene fecha de caducidad

Carlos Rosón es el director del Igaxes, promotora del proyecto Red Jóvenes e Inclusión.
Carlos Rosón es el director del Igaxes, promotora del proyecto Red Jóvenes e Inclusión. Álvaro ballesteros< / span>

-¿Qué pasa cuando cumplen los 21 años?

-Tienen que valerse por sí mismos. Pagarse un alquiler. El acceso a la vivienda, en ciudades como A Coruña, Vigo o Santiago es un problema. Se notan los efectos de Airbnb. El 40 % de lo que ganan va para el piso, sin contar gastos de luz o de agua. Hemos solicitado al Instituto de Vivenda e Solo que habilite apartamentos, con urgencia, para estos jóvenes.

-¿Pueden optar a estudios?

-El 80 % de los que llegan no ha terminado la ESO. Parten de unos contextos familiares muy complicados. Nuestra prioridad es que mejoren su formación.

-¿Quién financia su formación?

-La red de protección se amplía hasta los 25 años si realizan formación superior.

-¿Alguno llega a la universidad?

-Apenas el 1 % llega a realizar estudios universitarios, pero sí hay casos. Tenemos a algunos estudiando en los campus gallegos.

-¿Es uno de los mayores logros?

-Estoy orgulloso de todos. Son unos héroes. Tanto el que termina un ciclo superior como el que llega a la universidad. También el que sale a las siete de la mañana de casa para ir a trabajar a un restaurante y por la tarde va a clases de apoyo.

-¿Le parece injusta la generalización de la palabra ‘ninis’?

-Tremendamente injusta. Hay cientos de adolescentes solos en Galicia que no se pueden permitir el lujo de estar parados. La alternativa para ellos es la calle.

Galicia tiene una población de 3.000 menores de 21 años que están solos

Sus padres no saben, no pueden o no quieren hacerse cargo de ellos. En Galicia, 3.000 chavales están tutelados por la Xunta. Dos de cada tres viven con una familia de acogida. El resto, unos 400, residen en centros de menores. Cuando cumplen los 16 años pueden optar a compartir piso en una vivienda tutelada. «En Galicia tenemos una de las mejores coberturas de protección», incide Carlos Rosón, el director de Igaxes. «En la mayoría de las comunidades la protección se termina cuando cumplen la mayoría de edad. Aquí, se extiende hasta los 21 años», explica. Un proyecto del Fondo Social Europeo y el Programa Mentor, de la Xunta, financian la red de protección. «No son chavales conflictivos, sino que buscan refugio por los problemas en sus núcleos familiares», aclara Rosón.