El juez decreta prisión comunicada y sin fianza para el colombiano que huyó por el asesinato de Betanzos

Dolores Vázquez BETANZOS

A CORUÑA

CESAR DELGADO

El detenido acudió a la Comandancia con su abogado e hizo entrega del arma blanca con la que presuntamente apuñaló a la víctima

11 ene 2019 . Actualizado a las 15:04 h.

Dos semanas después del asesinato de Máximo Feliz, el marinero dominicano con familia en Betanzos, el hombre buscado como presunto autor del apuñalamiento mortal se ha entregado voluntariamente en las últimas horas. Según informa el Equipo de la Policía Judicial de la Guardia Civil de A Coruña, el detenido acudió a la Comandancia acompañado de su abogado e hizo entrega del arma blanca con la que presuntamente apuñaló a su víctima en tres ocasiones. «En un primer momento todo apunta a que el detenido se entregó debido a la presión de saberse identificado por la Guardia Civil, quien pudo tomar declaración a numerosos testigos», apuntan fuentes de la Benemérita.

Tras prestar declaración, el juzgado de Instrucción número 3 de Betanzos decretó su ingreso en prisión comunicada y sin fianza en la cárcel de Teixeiro por un delito de homicidio o asesinato.

Este vecino de Betanzos de origen colombiano llevaba en paradero desconocido desde la madrugada del día 30. El suceso ocurrió en la Rúa Cañota, en el casco histórico de Betanzos, de madrugada tras una discusión previa entre este ciudadano colombiano y la víctima, que había venido a ver a su madre y sus hermanas.

Testigos del suceso indicaron que el asesino lo apuñaló sin darle opciones a defenderse y luego huyó hacia la plaza García Naveira, cogió un taxi para ir a la zona de A Condesa y tras llamar sin lograr que le abrieran en una casa, pidió ser llevado a una pista de Guiliade.

Desde aquel momento, agentes de la Guardia Civil lo buscaron y desde el Concello de Betanzos se ofreció la colaboración de la Policía Local.

Su detención permitirá aportar luz al caso, ya que se desconocen los motivos que originaron el enfrentamiento. Máximo Feliz, conocido por sus amigos como Papito, era un hombre afable y muy conocido en Betanzos, mientras que el ahora detenido tenía fama de educado y cordial, aunque sus conocidos aseguran que le gustaba presumir de tener un pasado violento, acreditado por sus antecedentes y las cicatrices en su cuerpo, y de ser «un sicario». También que si bebía alcohol se descontrolaba.