Comienza la guerra contra el picudo rojo

Mila Méndez Otero
m. méndez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Marcos Míguez

El Ayuntamiento tala la palmera municipal afectada y los cincos ejemplares situados en fincas privadas en un intento de neutralizar la incipiente y destructiva plaga

20 dic 2018 . Actualizado a las 10:34 h.

Cinco años después de que se confirmara la presencia del picudo rojo en Galicia -fue en una finca de Gondomar (Pontevedra) en el 2013-, el coleóptero ya está instalado en A Coruña. La búsqueda de comida, tras arrasar o dejar dañadas al 70 % de las palmeras de la provincia del sur, lo ha traído al norte. No es algo extraño ya que no le costó llegar del Levante hasta nuestra comunidad. Es capaz de volar kilómetros.

En la ciudad seis palmeras son sus primeras víctimas. Una está en un terreno municipal, en la calle Santa Lucía, y las otras cinco en fincas privadas de Eirís, A Cabana y ciudad jardín. «Xa non se podían recuperar. Agora hai que evitar que a praga se propague. O primeiro paso foi fumigalas, para matar o insecto e as larvas. Iso fíxose o luns. Agora os técnicos teñen que tallalas e logo triturar os restos ata que queden moi desfeitos, para que a infección non se estenda», explica María García Gómez, la concejala de Medio Ambiente. 

La primera tala

A primera hora de este jueves ha comenzado una poda de la planta situada en Santa Lucía. Además, el Ayuntamiento ha asumido el coste del tratamiento de las palmeras privadas afectadas. «Queremos actuar rápido para neutralizar a praga», incide la política de En Marea. Uno de los problemas de la epidemia es que los propietarios no están obligados a tratar sus palmeras, lo que dificulta el control del picudo rojo. 

Méndez Núñez

En María Pita hay especial preocupación por el palmeral de Méndez Núñez. Un conjunto catalogado y protegido, además de símbolo de la ciudad. «Aí temos sensores. As larvas, cando comen, producen un ruído que é recoñecido por estes medidores sísmicos xa que ao morderen, todas xuntas, fan vibrar a palmeira», cuenta García Gómez. Esta medida la complementan con un tratamiento de prevención no agresivo en las plantas municipales. Consiste en un parásito que se come los gusanos. 

Acción conjunta

El picudo no entiende de lindes municipales. «Estamos convocando aos concellos das Mariñas e de Arteixo para coordinarnos con eles», apunta María García. «Temos sospeitas de que pode estar noutras localidades próximas», admite la edila de En Marea. En la provincia de Pontevedra cada municipio optó por medidas dispares y los propietarios privados tuvieron que enfrentarse solos en la mayoría de los casos contra la plaga. «Aquí recorremos aos técnicos da concesionaria de parques e xardíns para tratar as palmeiras», responde García Gómez. 

Piden ayuda a la Xunta

Desde el 1 de octubre, el picudo no está considerado como plaga en Galicia. «Estamos sós. Para impedir que a infección avance precisamos colaboración», insiste la concejala. La labor municipal es ahora de vigilancia. Cuentan con un censo de todas las palmeras distribuidas a lo largo del ayuntamiento.