Villancicos clásicos reinterpretados con gaita

x. f. REDACCIÓN / LA VOZ

A CORUÑA

Bras Rodrigo, durante la grabación del vídeo de «Un año de felicidad»
Bras Rodrigo, durante la grabación del vídeo de «Un año de felicidad»

El músico asturiano de origen gallego Bras Rodrigo celebra la Navidad con el disco «Christmas Pipes»

18 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

A los 14 años, Xosé Prieto Álvarez dejó su Vilachá natal, en A Pobra do Brollón, para trabajar en Ensidesa. En Asturias se casó y formó una familia, en la que varias décadas más tarde nacería su nieto Bras Rodríguez. Cuando el pequeño tenía cinco años, un día, paseando de la mano por Perlora, les llegó el rumor de una gaita. «¿Qué es eso que suena?», preguntó, curioso, el niño. Y el abuelo, que disfrutaba tanto de la música tradicional gallega como asturiana, llevó a su nieto a un taller artesano para comprarle su primera gaita.

Para Bras Rodrigo, la gaita se convirtió en mucho más que un simple instrumento, un medio de expresión al que además estaba ligado sentimentalmente por aquel vínculo con su abuelo. De hecho, cuando su familiar murió y él contaba con tan solo ocho años, los siguientes cuatro el joven músico enmudeció: ni tan siquiera sacó la gaita de su funda. Pero más tarde la retomaría, hasta convertirse en el intérprete y músico que es hoy.

Un intérprete que acaba de publicar Christmas Pipes, el que, asegura, es el primer disco de Navidad con la gaita como protagonista absoluta. «Me di cuenta de que había discos de villancicos con alguna canción, o como acompañamiento a la voz, pero ninguno con la gaita como línea melódica principal», recuerda Rodrigo, quien eligió cinco de los villancicos más populares, de Jingle Bells a Noche de paz, pasando por El tamborilero.

 

Un repertorio infalible al que ha añadido una composición propia, Un año de felicidad. En este último tema fusiona las sonoridades norteñas con el flamenco del sur, gracias a la colaboración de María Gracia, Aurora Salinero y Manuel de Segura, un reflejo de la amplitud de los gustos musicales de Rodrigo, quien bebe de la tradición para alimentar sus raíces, pero sus ramas crecen en múltiples direcciones.

El próximo 2 de febrero lo interpretará en un concierto en el teatro de Burela (21.00 horas).