El picudo rojo amenaza Méndez Núñez

Mila Méndez Otero
m. méndez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

MARTINA MISER

Tras matar a la mitad de las palmeras de la provincia de Pontevedra, la plaga ya daña ejemplares de la ciudad

08 dic 2018 . Actualizado a las 12:28 h.

La primera alerta saltó en febrero del 2013, cuando la publicación especializada en el estudio de insectos, Arquivos Entomolóxicos Galegos, confirmó la presencia del Rhynchophorus ferrugineus, más conocido como picudo rojo, en una finca de Gondomar. La Xunta activó la cuarentena en los municipios colindantes, pero no vio necesario declarar el riesgo de plaga entonces. Cinco años después, cerca del 70 % de las palmeras de la provincia de Pontevedra están muertas o afectadas. «En só dous anos aniquilou o 50 %», subraya el doctor en Biología y profesor pontevedrés Luis Alberto Sanmartín. Tras arrasar en la provincia del sur, el picudo ha emigrado en busca de comida al norte.

El Concello de A Coruña ha puesto en marcha un plan de prevención después de detectar seis casos en la ciudad. Cinco de ellos en fincas privadas. «O picudo é un coleóptero. Propágase moi facilmente, pois voa quilómetros. En Portugal quedaron xa case sen palmeiras. Só resistiron os exemplares emblemáticos que están protexidos», alerta Sanmartín.

El entomólogo Fernando Prieto -director de la revista donde los expertos de la Estación Fitopatolóxica do Areeiro Rosa Pérez-Otero y José Pedro Mansilla publicaron su artículo en el 2013-, no lo duda: el picudo rojo tendrá en A Coruña los mismos efectos que en Pontevedra. «Si seguimos así es cuestión de tiempo que las palmeras desaparezcan», recalca Prieto. Además tiene predilección por la Phoenix canariensis, justo la que hay en los jardines de Méndez Núñez.

Antes que en Galicia, este insecto, que se cree que llegó con alguna importación, causó estragos por Levante. «Aplicaron un plan de prevención que funcionou», subraya Sanmartín. «Una vez invadida, poco se puede hacer por la palma», lamenta Prieto.

Su condición de planta exótica puede restar importancia al exterminio que viven las palmeras. «No deja de ser una planta invasora», apunta Prieto. Sanmartín no lo ve así: «Leva séculos habitando os nosos pazos, sobre todo os costeiros. É parte de nós, como a camelia ou o castiñeiro, que non son autóctonos. Deberían estenderse medidas preventivas a nivel autonómico».

Desde el 1 de octubre el picudo no está considerado como plaga. «É incomprensible. Por riba, boa parte das palmeiras están en terreos particulares. Non chega con cortar as ramas. Hai que queimar para que pare a infección e arrincar o tronco custa sobre 2.000 euros», censura el biólogo. Las icónicas palmeras de Méndez Núñez cuentan con sismógrafos para la detección precoz de larvas. Ahora van a recibir tratamientos preventivos y se actuará en fincas privadas. «Non é tan caro. En Pontevedra vin sobrevivir plantas na primeira fase da infección», quiere ser alentador Sanmartín.