Insignificante gran personaje

miguel anxo fernández

A CORUÑA

18 nov 2018 . Actualizado a las 11:13 h.

Ese hombrecillo insignificante y menudo, responsable de una peluquería canina en algún lugar triste y desolado de la periferia de Roma, se pega a ti como una lapa cuando dejas la butaca. Una soberbia recreación de Marcello Fonte, justo merecedor del premio al mejor actor en Cannes. El firmante de esta brutal y contundente crónica de una degradación moral es Matteo Garrone (Gomorra, 2008), que regresa a las esencias del memorable neorrealismo italiano de los años cuarenta a los sesenta del pasado siglo, no solo por retratar con tino un ambiente enfermizo, naturalmente empapado por la endémica Camorra, sino también por elegir un episodio de la crónica negra de su país para despojarlo de cualquier tentación reconstructiva y decantarlo hacia un retrato descarnado de la condición humana. Los tipos que Garrone retrata invitan al desasosiego. La atmósfera que reproduce, valiéndose de una contundente fotografía del danés Nicola Brüel -una elección claramente meditada-, refuerza la marginalidad de unos personajes que parecieran ajenos a su propia desgracia.

En febrero de 1988, Pietro De Negri, un tipo menudo, divorciado, con especial adoración por su pequeña, metido en el menudeo de la droga y responsable de una peluquería canina, citó en su negocio al boxeador amateur Giancarlo Ricci, matón y abusón, socio del primero en un atraco del que acabaron mal. Con engaño, acabó introduciéndolo en una de sus jaulas y durante horas lo torturó para después descuartizarlo. Aquel horror fue carnaza mediática en su país durante bastante tiempo, pero Garrone y sus guionistas, optaron por separar el grano de la paja y centrarse, tanto en el diseño de personajes -Edoardo Pesce en el papel del matón Simoncino, también se sale- como en diseccionar sin concesiones a la sociedad que les acoge, claramente desnortada en valores. El único oasis en ese desierto emocional sería la relación de Marcello con su pequeña, quizá superada por su sensibilidad hacia esos perros a los que mima, quizá porque la suya es en el fondo una vida de perro. El buen cine de la vieja Italia está de regreso.

«DOGMAN»

Italia-Francia, 2018.

Director: Mateo Garrone.

Intérpretes: Marcello Fonte, Edoardo Pesce, Adamo Dionisi, Francesco Acquaroli, Gianluca Gobbi, Nunxia Schiano, Laura Pizzirani, Aniello Arena.

Drama.

102 minutos.