El Ayuntamiento no paga los recibos de la comunidad ni la derrama del ascensor del piso que compró en Someso

La Voz

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

14 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La compra del inmueble de la calle Joaquín Martín Martínez se ha convertido en un problema no solo para el gobierno local y para el vendedor, Toni Lodeiro, sino también para el resto de la comunidad de vecinos.

En el bloque de viviendas, el resto de los propietarios -15 en total- había iniciado las gestiones para instalar un ascensor, ya que el edificio carece de ese servicio. Los trabajos previos comenzaron y a cada vecino le correspondió hacer frente a una parte proporcional del gasto. La primera cantidad se afrontó con los fondos que había en la cuenta de la comunidad de vecinos y para la segunda cuota cada uno de ellos aporta 500 euros, o la cantidad completa que les corresponde si lo desean, explican fuentes de la propiedad del edificio.

El Ayuntamiento, dueño de la vivienda desde el mes de enero tras la compra ahora anulada, no hizo frente al abono de la parte que le corresponde como actual dueño del local. El consistorio, además, es el único inquilino moroso con la comunidad, ya que tampoco abona las cuotas que le corresponden a cada residente. Los vecinos aportan 360 euros al año para los gastos comunes, cantidad distribuida en mensualidades. Desde el mes de enero María Pita no ingresó ninguna cuota, confirman fuentes de esa comunidad que se identificaron ante este medio pero que prefieren no revelar públicamente su identidad.

Pocos recursos

El Ayuntamiento, indican las mismas fuentes, no solo no paga la parte que le corresponde, sino que tampoco responde a las llamadas y correos electrónicos remitidos por los otros residentes para requerirles la parte que les corresponde.

«No somos personas de muchos recursos y esto hay que pagarlo», lamentaba ayer una de las vecinas que vive en el bloque de la calle Joaquín Martín Martínez, en Someso.

El consistorio había rechazado 29 ofertas porque no cumplían las bases

Al concurso convocado por el gobierno local para aumentar el parque de viviendas sociales del Ayuntamiento se presentaron 35 ofertas en distintas zonas de la ciudad. En la criba previa se rechazaron 29 porque no cumplían con los requisitos exigidos. Muchas estaban fuera de ordenación o en polígonos, los sobres estaban abiertos o faltaba documentación. Solo seis pasaron porque en teoría cumplían, si bien finalmente solo hay una fuera de dudas. El plan consistía en adquirir a bajo precio inmuebles para rehabilitar. El más caro de todos ellos fue el de la calle Santander, por el que se pagaron 91.260 euros. El más barato fue el de la calle Fe (51.480 euros).