Fallece Luis Alberto Gordillo, impulsor y presidente de la Fundación Aspace

Antolín Rodríguez PRESIDENTE DE ASPACE CORUÑA

A CORUÑA

Con su insistencia y su capacidad de convencer a muchas personas consiguió que a finales del 2013 se constituyese la entidad que tiene como misión hacerse cargo de la tutela de aquellas personas con parálisis cerebral que no tienen ningún familiar que pueda hacerlo

30 ago 2018 . Actualizado a las 11:01 h.

Tal vez de las pocas cosas que no tenía previsto, él tan previsor y ordenado, fue dejarnos la semana pasada. Luis Alberto Gordillo de Eguilior era el presidente, desde su constitución, de la Fundación Aspace, la que tiene como misión hacerse cargo de la tutela de aquellas personas con parálisis cerebral que no tienen ningún familiar que pueda hacerlo.

Luis Alberto había nacido en Madrid, pero a los pocos años su familia emigró a Venezuela. Allí vivió y trabajó muchos años, allí conoció a su mujer, agregada en la embajada de Japón, y allí nació su hija. Eran sus dos pasiones. Siguiendo a su mujer pasó unos años en Japón, pero hace una década la situación en Venezuela se le hizo insoportable y decidió volver a España.

Al llegar a Madrid preguntó en el Ministerio de Sanidad dónde podría haber una institución que atendiese de forma adecuada a su hija con parálisis cerebral. Al final se puso en contacto con Aspace Coruña y eso hizo que se trasladase a vivir a Sada. La desgracia hizo que su mujer falleciese de un cáncer a los pocos meses de llegar a Galicia.

Fue suya la iniciativa de promover una fundación que pudiese ejercer la tutela de personas con parálisis cerebral desde Aspace. Su insistencia, su capacidad de convencer a muchas personas, dio sus frutos ya a finales del 2013 con la constitución de la fundación tutelar Aspace, cuyo patronato decidió por unanimidad que él asumiese la presidencia. Mantuvo su actividad física hasta un punto que nos sorprendía a todos: hasta principios de este año salía todos los sábados a navegar en kayak, otras de sus pasiones, con sus amigos de Sada.

Lo vamos a echar de menos por sus iniciativas y sus ideas para mejorar la atención a las personas con parálisis cerebral, pero, sobre todo, lo vamos a echar de menos porque se ha ido una muy buena persona.