Continúa la limpieza selectiva de pintadas contrarias a la Marea

Tamara Rivas Núñez
Tamara Rivas A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Ángel Manso, Nuria Cancela

Un mismo mensaje aparecido en la Rúa Alta y la calle Veramar fue borrado en horas

01 oct 2018 . Actualizado a las 12:52 h.

La limpieza selectiva de pintadas críticas con el gobierno de la Marea Atlántica escribió esta semana un nuevo capítulo, que se suma así a los ya muchos vividos en los dos últimos meses y que se vieron incrementados a raíz del desalojo de la Comandancia de Obras en mayo.

El lunes, en una de las paredes del edificio número 3 de la Rúa Alta había una pintada en la que se podía leer «Marea Atlántica mandó sus principios a la porra (extensible)» y, con la guerra del pinto-borro-pinto-borro de por medio, el miércoles no quedaba resto alguno de la frase más que un rectángulo de pintura fresca que evidenciaba su intención de tapar algo. No fue la única. La misma oración también estaba a principios de semana en un muro de la calle Veramar para desaparecer en cuestión de horas, algo que ya había sucedido en la misma pared en el mes de julio.

Fuentes municipales confirmaron que la orden de priorizar la limpieza de pintadas ofensivas hacia el partido que lidera Xulio Ferreiro continúa vigente incluso en propiedades privadas, a pesar de que el Ayuntamiento rechazó en varias ocasiones las peticiones de algunos vecinos aduciendo que solo pueden intervenir en este sentido en lugares de titularidad pública.

La polémica por el borrado selectivo de grafitis surgió en julio, cuando varios mensajes críticos con la gestión del desalojo de A Insumisa u otros en los que directamente se señalaba a algún miembro de la corporación municipal desaparecieron de los muros de la Ciudad Vieja y de la Comandancia de Obras en cuestión de horas.

Toda la oposición cargó contra la orden dada desde María Pita y exigió la implantación de nuevas medidas que ayuden a atajar un problema que se ha extendido a toda la ciudad. Durante el 2015 y el 2016 la media de metros cuadrados de fachadas en las que se eliminaron grafitis fue menor a la de los cinco años anteriores. 

Los grafitis no perdonan las zonas de alto valor patrimonial que hay en la ciudad

El vandalismo grafitero es un mal que con el paso de los años se ha ido extendiendo por la ciudad y que incluso ha llegado a afectar a zonas de alto valor patrimonial como el convento de San Francisco, el de las Capuchinas, la colegiata de Santa María del Campo o la propia Ciudad Vieja. El gobierno local anunció a principios de mes que «en breve» se eliminarían las pintadas que afectan a los muros de titularidad municipal, pero aclaró que no intervendría en los que están bajo el cuidado del Museo Militar, como los de una parte del antiguo convento de San Francisco.

Desde el departamento de Patrimonio de la Xunta indicaron que la limpieza de las pintadas depende directamente de las instituciones afectadas y que estas no necesitan ningún tipo de autorización específica salvo que se trate de bienes eclesiásticos o de interés cultural, que no es el caso de los restos arqueológicos de San Francisco.

La calle Real, llena de grafitis

Casi ninguna pared de la calle Real ha sobrevivido a los efectos del espray. Así, donde hace dos años había paredes casi limpias, como en el número 18 o en el Sporting Club Casino, ahora están llenas de pintadas con diferentes colores y sustancias que apuntan a que fueron realizadas en diferentes días, y tal vez, por personas distintas.

El problema se ha extendido más allá de la milla de oro, y en calles aledañas como Alcalde Canuto Berea, Bailén o Riego de Agua, los efectos del espray se pueden observar a simple vista. Solo se salvan el Teatro Rosalía o la Subdelegación del Gobierno, protegidos con cámaras.