María Pita renegocia por cuarta vez el convenio para entrar en Tabacos

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

ANGEL MANSO

El alcalde confirmó ayer que el inmueble se destinará a sede de Urbanismo

19 jul 2018 . Actualizado a las 12:03 h.

Los 3.000 metros que el Ayuntamiento tiene en la Fábrica de Tabacos siguen vacíos y a la espera de que el consistorio recoja las llaves. La firma del documento para ese cambio de manos de las llaves es el motivo por el que el gobierno local lleva desde octubre del año pasado esperando.

El ejecutivo local y la Xunta no se ponen de acuerdo sobre qué tiene que decir ese acuerdo, que va camino de su cuarta redacción tras sucesivos intercambios de borradores entre las partes.

En un primer momento la Xunta indicaba allí tan solo que el espacio del Ayuntamiento se iba a destinar a temas administrativos municipales, pero el Ayuntamiento añadió una solicitud de dinero para afrontar obras, que la Xunta no quiso hacer.

En el siguiente borrador transmitido por el consistorio se eliminaba la referencia al dinero, pero ponía pegas a algo que no había cuestionado antes. Ya no servía el término «usos administrativos» y prefería «dependencias municipales» porque, argumentaba, este último abría más el arco de posibilidades de uso incluyendo potenciales actividades sociales y culturales.

Fue la Xunta la que entonces puso pegas porque en el edificio, de uso judicial, no quería introducir funciones incompatibles con las que allí desarrollan los tribunales, sugiriendo una comisión mixta entre TSXG y Xunta para valorar los usos.

Esa comisión, dijo ayer el alcalde, Xulio Ferreiro, se acepta, pero todavía hay que seguir puliendo el documento de cesión, apuntó, para evitar la posibilidad de que dentro de uno o dos años esa misma comisión decida cambiar de nuevo el uso.

Ferreiro indicó que los 3.000 metros cuadrados de Tabacos se dedicarán a las dependencias de Rexeneración Urbana, es decir, a usos administrativos, no sociales ni culturales. Esa era la intención del consistorio ya anunciada, dijo Ferreiro.

Sin embargo, y pese a tener clara la finalidad del inmueble, se pidió a la Xunta un cambio en el documento de cesión para poder introducir otras actividades.

Según el uso previsto, el gobierno local podía haber firmado el documento propuesto el pasado noviembre, recibiendo entonces las llaves para poder realizar las obras necesarias para realizar el traslado de Urbanismo. Sin embargo, diez meses más tarde, aún no se firmó el papel.

La obra de Tabacos fue la más cuantiosa de las llevadas a cabo en la ciudad durante el actual mandato, con 16 millones de euros. Una parte del inmueble se reservó para el Ayuntamiento. María Pita presentó un proyecto para esa parte que no cumplía con Patrimonio. Todavía no entregó el nuevo.

Análisis | Otro desencuentro en la compleja relación entre dos Administraciones

Los desencuentros entre las dos Administraciones -Xunta y Ayuntamiento- son algo habitual, con acusaciones mutuas de dilaciones y trabas desde el inicio del mandato. Hasta el momento, el gobierno local no ha aceptado ni un solo proyecto de la Xunta en la ciudad sin ponerle algún reparo.

Así lo hizo con la estación intermodal, donde el proyecto varió porque no convencía al consistorio. Tampoco servía la fórmula autonómica para que los buses metropolitanos llegaron al centro de la ciudad. María Pita puso pegas y demoró -de hecho todavía no empezaron- las obras de 40 viviendas sociales autonómicas en el Ofimático, plan que también tuvo que ser cambiado. Santa Lucía y su centro de salud es otro caso enquistado en el no.

El Ayuntamiento suele acusar a la Xunta de tratar de falta de diálogo y de tratar de imponer su voluntad al gobierno local sin contar con él, como en el caso del puerto y la inversión de 20 millones ofrecida por Feijoo. La Marea no ha permitido que ningún plan autonómico pasara sin retoques, incluso en casos donde excepcionalmente había cierto acuerdo, como en el colegio de Novo Mesoiro, la cesión de la parcela para el centro se demoró en el tiempo.